La vigencia de Cuauhtémoc Blanco a sus 41 años, los emparrilados de la NFL opacados por la violencia y la última dinastía de Gigantes forman parte de la quinta entrega de las 24 de deportes.

 

Gigantes, la última dinastía

 

29 octubre 2014. En la bahía de San Francisco los Gigantes podrán reclamar el último lustro para su franela. No por nada los Gigantes ganaron su tercera Serie Mundial de Beisbol en cinco años, y lo hicieron de la mano de quien ya puede ser considerado una leyenda en el Clásico de Otoño, nada menos que el lanzador Madison MadBum Bumgarner. Lo hicieron llevando la serie al máximo ante los Reales de Kansas City en el estadio Kauffman.

 

Ahora, Gigantes tiene ocho Series Mundiales en su historia, aunque en total, los Giants han llegado 6 veces a la Serie Mundial desde que la franquicia llegó a la ciudad californiana en 1957. Cómo sea, en el acumulado los títulos de San Francisco son: 1905, 1921, 1922, 1933, 1954, pero sobre todo 2010, 2012 y ahora 2014.

 

Una Serie Mundial para el recuerdo en que Los Reales se quedaron con las ganas de coronarse campeones para romper con una sequía de casi 30 años sin lograrlo. La última vez que los Royals fueron campeones, en 1985, fue precisamente en el estadio Kauffman, en un séptimo juego, ante Cardenales de San Luis, por 11-0, aunque esta vez no pudieron emular aquella hazaña.

 

Fue el Clásico de otoño de 2014, la confirmación de que el viejo oeste está más vivo que nunca en los deportes de la unión americana, lo confirman los Giants, la última dinastía del bien llamado Rey de los deportes.

 

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Foto: AP

 

 

Temo eterna ave de las tempestades

 

11 mayo 2014. A sus 41 años, Cuauhtémoc Blanco está más vigente que nunca. Cierto es que las piernas ya no vuelan y los pulmones ya no aportan el oxígeno suficiente para marcar, pero quién se atreve a reclamarle algo a Blanco. El Temo llegó a Puebla para quedarse. Lo demostró en la última fecha del certamen, en la que se dio el lujo de mostrarse con dos tantos, uno de su especialidad, la del penalti, y una más de tiro libre, ambos ante otro veterano del balompié nacional: Oswaldo Sánchez.

 

Es el mismo Blanco, polémico, bravo, intenso. El mismo que metió a los poblanos hasta la final del torneo de Copa, el mismo que ya había ganado con Dorados, y que en esta campaña, sí, con 41 años, estuvo a punto de volver a ganar.

 

Lo mejor será que el Cuau no se va a retirar, al menos no en este 2014. Al Temo le queda cuerda para un torneo más. Seis meses con Puebla, el Clausura 2015, en el que luchará por ayudar a la franja a mantenerse en el máximo circuito y de paso por despedirse dignamente de las canchas del futbol nacional que lo vieron anotar, festejar y por qué no, reclamar.

 

Por supuesto que quedará pendiente su adiós con el equipo de sus amores: el América, conjunto con el que siempre tuvo la intensión de regresar, pero la directiva de las Águilas nunca le abrió las puertas para volver a jugar, aunque sí, ha dicho, para dedicarle un partido del adiós.

 

Habrá que ver si esta ave de tempestades está dispuesta a aceptar o tiene entre las piernas guardadas ganas para seis meses más.

 

 

Golpeadores: El lado oscuro de la NFL

 

8 septiembre 2014. La campaña 2014 no será recordada por la espectacularidad en los emparrillados, sino tristemente por la violencia de sus protagonistas fuera de los estadios.

 

Ray Rice, Adrian Peterson, Jonathan Dwyer, la lista se empieza a hacer larga, todos han protagonizado una saga que mancilla la imagen de la liga deportiva más importante de los Estados Unidos.

 

La caja de Pandora se destapó con un video donde el jugador de Baltimore, Ray Rice, noquea a su esposa en un elevador y de ahí la bola de nieve creció con Peterson de Minnesota, quien acusado de abuso infantil, al lastimar a su hijo de cuatro años, fue suspendido del equipo y ni hablar de Jonathan Dwyer de Arizona arrestado con cargos de violencia doméstica.

 

Todo un escándalo en el que el comisionado Roger Goodell ha sido severamente cuestionado ante esta ola de desafortunados eventos, que vieron su luz con el caso de Aarón Hernández, ex jugador de New England, acusado de doble asesinato el año pasado.

 

Hoy, lo único que ha quedado a los jerarcas de la Liga es elevar castigos y multas, así como pactar con el sindicato de jugadores para modificar las políticas anti dopaje, incluyendo las pruebas para detectar la hormona de crecimiento.  Un intento desesperado por rescatar uno de los negocios más millonarios en los deportes de la unión americana, que puede irse al traste si la caja de Pandora se mantiene sin el cerrojo echado.