Más de 250 mil casas y negocios en México se encuentran protegidos con sistemas de alerta contra intrusiones y robos. Es una industria que cada año crece hasta 15% pero cuyo motor principal no es una cultura de prevención sino el miedo.

 

“La mayoría de nuestros clientes, diría que hasta 9 de cada 10, busca nuestros servicios cuando ya les pasó algo y ya fueron víctimas de un robo y tienen miedo de que les suceda de nuevo”, señaló el Gerente de Cuentas Globales para América Latina de la empresa Tyco Integrated Fire & Security, Christopher Chairez.

 

Tyco es el corporativo dueño de ADT, que en México domina 60% del mercado respecto a alarmas y sistemas anti intrusión.

 

Foto: Daniel Perales | 24 HORAS

En entrevista para 24 HORAS, desde el “show room” de la empresa, donde se muestra el funcionamiento de los equipos y alarmas, Chairez reconoció que el incremento de los delitos en el país potenció la industria de la seguridad.

 

“Año con año tenemos un crecimiento. Así como crece la industria del robo nosotros tenemos un crecimiento en la industria de seguridad (…) Lamentablemente no hay una cultura de prevención y todo se ha vuelto reactivo”, señaló.

 

En México, a diferencia de varios países del mundo, no es obligación legal que los inmuebles cuenten con sistema antirrobo. Aun con ello, de la cartera de 60 naciones en los que ADT proporciona sus servicios, nuestro país es el tercer mercado más grande solo detrás de Estados Unidos y Canadá.

 

El negocio está ahí subraya Christopher Chaire, aunque no pasa por alto que en condiciones ideales, la protección de la casa o de los negocios debería ser la consecuencia de una cultura de cuidado.

 

“Hay que tratar de ser más preventivos y no solo reactivos (…) Un mensaje importante es que los delincuentes buscan cualquier resquicio vulnerable para poder hacer daño, entonces en la medida en que tengamos cubiertos los huecos de seguridad va a ser mucho más difícil que alguien vea tu casa y quiera ingresar”, dijo.

 

Ya no es VIP

 

Contrario a la creencia popular, Chairez explicó que la contratación de los sistemas antirrobo no es, al menos actualmente, un servicio para ricos. Dijo que de hecho en el tema de seguridad residencial, el sector de mayor crecimiento es el de la clase media.

 

Explicó que el costo mensual promedio del servicio de protección que ofrece ADT es de 549 pesos, lo que es menor que lo que una persona gasta en una cajetilla de cigarros al día.

 

“Típicamente se pensaba que quien tenía un servicio de este tipo era quien podía darse ese lujo pero ya no es así. Hoy en día la seguridad de tu casa al igual que el asegurar un auto tiene el mismo nivel de importancia. La gente hace un sacrificio en su economía para tener un sistema de alarma y ADT adapta sus estrategias en ese sentido”, indicó.

 

Sobre las zonas en que la demanda de servicios de ADT ha crecido, el directivo señaló que en las fronteras se ha registrado un avance importante aunque son las grandes ciudades como Guadalajara, Monterrey o el Distrito Federal las que concentran el mayor mercado sobre todo por los complejos residenciales en construcción.

 

Entrevista con directivo de ADT y "show room" Christofer Fotos: Daniel Perales
Foto: Daniel Perales | 24 HORAS

 

 

Miles de alertas

 

Los sistemas contra intrusiones están compuestos por sensores infrarrojos que al detectar un movimiento no autorizado emiten una señal de alarma que es recibida en la central de emergencias de ADT, un búnker en el que trabajan 300 personas todos los días.

 

Erick Castañeda, gerente central de Monitoreo de ADT, explicó a 24 HORAS que en promedio reciben al día 4 mil 500 señales de alerta a nivel nacional, aunque de todas ellas 97% son falsas. Situaciones verídicas son en promedio mil 300 al mes.

 

Explicó que en el momento en que se recibe una alerta, el operador de la central se comunica de forma inmediata con el cliente para verificar si no se trató de un error. Si resulta que no hubo una situación accidental, se pide el apoyo de la policía. Aunque depende de la eficiencia de los cuerpos de seguridad pública, la llegada promedio de los agentes es de tres minutos.

 

Christopher Chairez subrayó que más allá de la detección de intrusiones, la tecnología ha evolucionado para propiciar otros servicios. Por ejemplo, mediante el panel de control de los sensores también hay un botón de pánico para pedir asistencia médica o en caso de incendio, y la respuesta es la misma.