El fraude de Ficrea prende los focos rojos del sistema financiero mexicano, porque ocurrirán otros similares por la incapacidad de vigilancia de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), acusa Enrique Gracia, vocero de la Comisión de Ahorradores de Ficrea.
“Si a Ficrea, una sociedad financiera popular con un capital contable de 600 millones de pesos, no la pueden vigilar imagínate a un banco grande”, señala.
“Si no tuvieron la capacidad profesional ni física para darle seguimiento a Ficrea, ¿crees que sean capaces de auditar instituciones financieras tan grandes? Creo que la CNBV carece de toda autoridad para hacerlo y por eso se prenden los focos rojos”, agrega.
La CNBV se ha manejado en una opacidad total desde que inició el problema, porque no ha informado en qué se ha invertido el dinero robado por Rafael Antonio Olvera Amezcua, señala el afectado.
“El dinero no desaparece sólo cambia de lugar, y la CNBV nunca nos ha dicho dónde están los dos mil 700 millones de pesos; si el dinero está en Estados Unidos, Europa o Acapulco la obligación de la autoridad es recuperarlo”, expone el ahorrador.
El 7 de noviembre de 2014 la Junta de Gobierno de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) decretó la intervención gerencial de la Sociedad Popular Ficrea.
“La administración de Ficrea, cuyo principal accionista es Rafael Olvera Amezcua, desvió aproximadamente dos mil 700 millones de pesos de recursos de los ahorradores”, confirmaba Jaime González Aguade, presidente de la CNBV.
Como consecuencia del trabajo realizado por el interventor, conjuntamente con la CNBV, se identificó y documentó la forma de operar por parte de la administración de Ficrea, mediante la cual lleva a cabo operaciones fraudulentas a través de por lo menos tres empresas relacionadas: Leadman Trade S.A. de C.V., Baus & Jackman Leasing S.A. de C.V. y Monka Comercial S.A., en las cuales el socio principal es Rafael Olvera Amezcua, agregó.
Ayer lunes 24 HORAS informó que Rafael Antonio Olvera Amezcua, principal socio de Ficrea, creó una red de empresas en Estados Unidos para triangular dinero, así como para comprar propiedades y adquirir lujosos departamentos en las zonas más exclusivas de Miami, Florida, y las Vegas, Nevada.
“Las autoridades pretenden que carguemos un fraude que no se fraguó en tres meses, ni seis meses, sino desde hace varios ejercicios y la Comisión tuvo conocimiento de cómo operaban desde un principio”, manifiesta Enrique Gracia.