ATENAS.  Stavros Dimas, ex comisario europeo y varias veces ministro, de 73 años, obtuvo el respaldo de 168 de los 300 diputados de la cámara legislativa helena, 12 menos de los 180 votos que necesitaba, y el mismo número que en la votación precedente.

 

En la votación estuvieron presentes los 300 parlamentarios, de los que 132 solo votaron con ‘presente’. En la votación nominal los diputados solo tenían dos opciones posibles: aclamar el nombre del candidato, en señal de respaldo, o decir ‘presente’.

 

Al anunciar el presidente de la cámara el resultado de la votación, los diputados que no respaldaron a Dimas irrumpieron en aplausos y júbilo.

 

En las primeras dos rondas, en las que se requería el respaldo de dos tercios de la cámara, es decir de 200 diputados, Dimas había obtenido 160 y 168 votos, respectivamente.

 

El sábado pasado, el primer ministro, Andonis Samarás, hizo un último llamamiento a los diputados para pedir el apoyo a su candidato.

 

Samarás afirmó que todo el que no lo apoyara, automáticamente se aliaba con el principal partido de la oposición, el izquierdista Syriza, cuyo líder, Alexis Tsipras, dejó claro desde un principio que no apoyaría a ningún candidato, para forzar elecciones. Tras las votaciones, y en una primera reacción, Tsipras aseguró que hoy (lunes) era una “fecha histórica”, en la que el Gobierno de Samarás “se ha convertido en pasado. El futuro ya ha comenzado”. “Es un día histórico para la democracia. Los diputados probaron que la democracia no puede ser chantajeada. Cuando la mayoría de la población quiere el cambio, los diputados están obligados a sumarse a la voluntad del pueblo”, dijo Tsipras ante las cámaras.

 

En un breve mensaje televisado después de las votaciones, Samarás responsabilizó a los 132 diputados que decidieron no respaldar a su candidato de acontecimientos que “la sociedad no quería”. “Hicimos todo lo que podíamos para la elección de presidente de la República y para que el país evite unas elecciones anticipadas que significan un riesgo considerable que no desea la mayoría de los ciudadanos”, destacó el primer ministro conservador, Andonis Samarás.

 

El primer ministro sostuvo que una eventual victoria electoral de Syriza llevaría forzosamente a la quiebra del país. “Ahora el pueblo debe restablecer la estabilidad. Debemos restablecer la estabilidad y salir de los memorandos. El pueblo no permitirá la vuelta a los memorandos”, afirmó Samarás ya en clave electoral, en clara referencia al poder de la troika.

 

En el mismo tono fue la reacción del vicepresidente del Gobierno y líder del partido socialdemócrata Pasok, Evángelos Venizelos.

 

El líder de Pasok destacó que su partido “pagó un precio desmesurado por la crisis” y aseguró que después de las elecciones “será garante de la estabilidad”.

 

Venizelos consideró que este papel de garante de estabilidad no pueden jugarlo “nuevos partidos”, una alusión tanto al nuevo partido centrista Potami (el Río) como al nuevo partido que se espera anuncie el ex primer ministro y predecesor al frente de Pasok, Yorgos Papandreu.

 

El líder del partido nacionalista Griegos Independientes, Panos Kammenos, destacó que “es la hora para que Grecia, con unidad nacional, recupere su soberanía”.

 

“El resultado de la votación es el comienzo de un proceso para que el país cambie de rumbo”, declaró el líder del partido de izquierda moderada Dimar, Fotis Kuvelis, hasta hace un año miembro del Gobierno de coalición tripartito.

 

El secretario general del partido comunista (KKE), Dimitris Kutsumbas, pidió a los electores “fortalecer a KKE en las próximas elecciones”.

 

La Constitución griega establece que si el presidente de la República, cargo básicamente representativo, no es elegido en ninguna de las tres votaciones, el Parlamento forzosamente debe disolverse en un plazo de diez días y se deben convocar elecciones entre tres y cuatro semanas después.

 

Por ahora Syriza lidera todas las encuestas electorales, si bien la distancia frente a los conservadores de Nueva Democracia de Samarás se ha acortado.

 

Una última encuesta publicada este domingo tan solo ve a Syriza 2.4 puntos porcentuales delante de Nueva Democracia.

 

Samarás anunció la fecha a los pocos minutos de terminar la votación, sin esperar siquiera al Consejo de Ministros que se iba a celebrar poco después. El primer ministro optó por la primera de las fechas que se habían barajado, y lo justificó diciendo que el país “no puede esperar”.