Cientos de empleados del FBI que nacieron o tienen amigos y familiares en el extranjero, son sometidos a un agresivo programa de vigilancia interno, que comenzó después del ataque terrorista del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York, con el fin de evitar espías extranjeros.
De acuerdo a una publicación del diario The New York Times, los empleados lingüistas se quejan de que están siendo objeto de discriminación por un plan secreto “de gestión de riesgos” que el FBI utiliza para protegerse contra el espionaje.
El FBI comenzó con este programa en 2002, pues temían que los nuevos empleados podrían ser manipulados o coaccionados para ayudar a una agencia de espionaje extranjera o un grupo terrorista.
Los trabajadores se enfrentan a frecuentes entrevistas de seguridad, pruebas de polígrafo y a un escrutinio a sus viajes personales.
Musulmanes y asiáticos, quienes han sido contratados para llenar las necesidades de inteligencia y contraterrorismo en el organismo, aseguran que están siendo castigados por la posesión de las mismas habilidades y antecedentes con los que consiguieron ser contratados.
En tanto, las autoridades aseguran que el programa de seguridad no supone un riesgo a la carrera de un empleado.
“Este programa fue bueno para los nuevos empleados después de 11 de septiembre, pero contra los empleados actuales, algunos con 10 o 15 años de experiencia, es inaceptable”, dijo Gamal Abdel-Hafiz, un egipcio agente -nacido en Dallas que se unió al FBI en 1994.