A 20 años del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), las restricciones al libre tránsito de camiones entre México y Estados Unidos continúa como un tema pendiente en la agenda bilateral que, de acuerdo con el Centro Woodrow Wilson, se traduce en pérdidas anuales por 550 millones de dólares.
Éste y otros temas se prevé que sean puestos sobre la mesa durante el encuentro de este martes entre los presidente de ambas naciones.
La apertura gradual de las fronteras para alcanzar el libre tránsito de unidades de transporte de carga se planteó desde 1994, sin embargo, la oposición de los sindicatos de transportistas en la Unión Americana ha sido un factor que ha obstaculizado la entrada de camiones mexicanos a su territorio.
Tras un litigio de varios años, entre octubre de 2011 y el mismo mes de 2014 operó el Programa Piloto de Autotransporte Transfronterizo de Carga, pero una vez que finalizó el Departamento de Transporte de Estados Unidos deberá entregar al Senado de aquel país un informe para validarlo y en su caso hacerlo permanente.
Pero la falta de acuerdos concretos en materia de transporte transfronterizo no es el único freno al comercio. En opinión de analistas existen otros factores como la falta de inversión en infraestructura, la dificultad para homologar las regulaciones entre las autoridades de ambos países, e incluso la reticencia de los empresarios mexicanos para adoptar nuevas reglas.
“Actualmente existen 25 cruces comerciales entre México y Estados Unidos, sin embargo cuatro de ellos se llevan el 75% de la carga, lo que quiere decir que tenemos infraestructura subutilizada”, señaló Juan Carlos Villa, gerente Regional para América Latina del Instituto del Transporte de Texas A&M.
El especialista indicó que ambos países deben discutir la inversión en puntos como el puente internacional de Laredo que presenta el más alto nivel de saturación, así como entre el paso de San Diego y Tijuana.
Los problemas regulatorios y de capacidad de revisión en la frontera impiden que el cruce sea expedito, lo que ocasiona que las cargas permanezcan varadas de 2 a 3 horas.
Estos tiempos de espera dificultan el comercio, un aspecto fundamental en la relación estratégica de América del Norte. México destina 80% de sus exportaciones a Estados Unidos, su principal socio comercial, una relación valuada en más de 280 mil millones de dólares. Asimismo, al menos cinco estados de la Unión Americana, tienen como principal destino comercial México, y es el segundo más importante en almenos 17 estados.
Asimismo, al menos seis millones de trabajos en Estados Unidos dependen de la actividad comercial con México, de acuerdo con datos del Centro Woodrow Wilson, por lo que es de suma importancia para ese país impulsar la eficiencia en sus cruces. trado internemos infraestructurataciones a Estados Unidos y actualmente, Estados Unidos ha demostrado internemos infraestructura
“El problema no sólo es en la parte de transporte, existen otro tipo de regulaciones como en los puntos aduanales que tienen que checar la mercancía, por lo que se necesita una solución más ‘holística’ que incluya a distintas instancias, pero este tipo de proyectos aún se encuentran en su etapa inicial”.
El impulso a este tipo de homologación está detenida en parte a que los transportistas en ambos lados de la frontera se encuentran reticentes a adoptar nuevas regulaciones. En el caso de los transportistas mexicanos tendrían que adoptar nuevos estándares en los camiones que usan, lo que elevaría sus costos.
“Hay empresarios mexicanos que han optado por abrir una empresa en Estados Unidos para efectuar los envíos de mercancía, como muchos lo hacen actualmente”, dijo Villa. “Basicamente hay tantas restricciones en Estados Unidos, los seguros y costos son más altos que en México”.
En el lado de Estados Unidos, los transportistas de ese país, no han impulsado una homologación para transitar libremente en México debido a que existen riesgos en materia de seguridad, “lo que han podido resolver con alianzas estratégicas con empresas mexicanas”.