WASHINGTON. El inspector general de la CIA, David Buckley, que investigó el escándalo de espionaje de esa agencia al Senado estadunidense, abandonará su cargo. La dimisión se hará efectiva el próximo 31 de enero y, según el comunicado de la CIA, su salida obedece a una nueva oportunidad laboral “en el sector privado”. Sin embargo, este movimiento se relaciona con la polémica sobre el espionaje a miembros del Senado.
Buckley fue señalado hace unos meses por el periódico The New York Times como el responsable de haber autorizado el espionaje a los miembros del Comité de Inteligencia del Senado, que estaban elaborando el informe sobre las torturas de la CIA durante la guerra contra el terror y que vio la luz a mediados de diciembre.
En marzo pasado, la presidenta del Comité de Inteligencia del Senado, la demócrata Dianne Feinstein, denunció que la CIA penetró en las computadoras del comité para buscar documentos de una investigación que llevaba a cabo sobre los métodos de interrogatorio de la agencia de espionaje y que intentó impedir su publicación.
El informe del Senado, fruto de una investigación de más de cinco años, fue finalmente publicado en diciembre pasado y aseguraba que la CIA llevó a cabo prácticas de interrogatorio “más brutales” y menos efectivas de lo que había admitido en los años posteriores a los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001.
La investigación de Buckley confirmó que de hecho, hubo una intromisión por parte de personal de la agencia de espionaje en las computadoras e los miembros del Comité, y repudiaba las acusaciones de la CIA de que los empleados del Senado habían hecho un uso inapropiado de documentos clasificados.
Buckley, cuya investigación generó indignación tanto entre los demócratas como entre los republicanos, envió sus resultados al Departamento de Justicia, sin que de momento haya tenido consecuencias penales para ningún miembro de la CIA.
Se espera que el subinspector general, Christopher Sharpley, ocupe el puesto de Buckley una vez que renuncie y hasta que el presidente Barack Obama designe un sustituto que, como requiere este cargo, deberá recibir la aprobación del Senado.