¿Cómo le fue al presidente de México en su visita a Washington? Los amigos de Copérnico en la capital estadounidense le dicen que le fue… bien. Así, a secas. La comitiva mexicana estuvo lejos de recibir una bienvenida afectuosa o calurosa. Y es que hoy existen más dudas que entusiasmo cuando se trata de México. El vicepresidente Biden aprovechó para darle un coscorrón al secretario Videgaray y recordarle que la relación más importante de México es con Estados Unidos. “Ya deje de obsesionarse con China, mi chavo”, pareció decirle. Y aunque frente a las cámaras fueron puras sonrisas, Copérnico se enteró de al menos dos o tres intercambios ríspidos en las reuniones privadas. Y es que Estados Unidos no quiere un México inestable. Y Peña Nieto lo sabe.
Lo que sí es un hecho es que si el gobierno mexicano pensaba que esta visita a Estados Unidos le serviría para dar vuelta a la página de las acusaciones de corrupción y las dudas alrededor del presidente y su gente, se han equivocado de manera rotunda. Uno tras otro, los columnistas en Estados Unidos hablan de dos países llamados México: uno que es atractivo para la inversión y otro que es el del horror y la impunidad. Batalla perdida para las relaciones públicas. ¡Y eso sin contar las manifestaciones contra Peña Nieto en varias ciudades de EEUU!
La visita de Enrique Peña Nieto a la Casa Blanca de Obama también supo un poco a despedida. Porque aunque es verdad que a Obama todavía le quedan poco menos de dos años como presidente, también lo es que las elecciones en Estados Unidos se mueven rápido y este año ya comienza la batalla por la presidencia. Los republicanos parecen apoyar a Jeb Bush, hermano del expresidente Bush y casado con una mexicana de Guanajuato (por cierto: Copérnico no exagera si dice que Jeb Bush habla mejor español que Enrique Peña Nieto). ¿Y del otro lado? Bueno, pues todo mundo dice que es un hecho que la candidata demócrata será Hillary Clinton. ¡Pero aguas! A la señora Clinton le puede caer el chahuistle en la persona de Jim Webb, un exsenador, escritor y militar condecorado cuya inteligencia y fuerza podría ser una amarga sorpresa para Clinton.
Y hablando de sorpresas, vaya manera de comenzar el año la de Mark Zuckerberg, el fundador de Facebook. Zuckerberg decidió empezar el 2015 lanzándole un reto a sus más de 31 millones de seguidores en la enorme red social que dirige: pónganse a leer. Zuckerberg tiene como propósito leer un libro cada dos semanas y luego comentarlo con su comunidad en lo que ha llamado “Un año de libros”. Pero eso no es lo mejor. La buena noticia es que Zuckerberg escogió el libro de un latinoamericano para darle luz verde a su lista: “El fin del poder”, del venezolano Moisés Naím. Y apenas lo anunció, el libro de Naím se agotó en las librerías. Copérnico ya lo leyó hace unos meses y le recomiendo mucho que lo haga usted también. Vale la pena. Se lo digo yo y se lo dice el tal Zuckerberg. ¿Qué más quiere?