PARÍS. Francia perdió a cuatro figuras irrepetibles de su panorama periodístico, los dibujantes Charb, Cabu, Tignous y Wolinski, asesinados junto a otras ocho personas en el atentado perpetrado en París contra el semanario Charlie Hebdo.
El director de la publicación satírica, Stéphane Charbonnier, Charb, era plenamente consciente del riesgo que corría, aunque no tenía intención de bajar la guardia, y hace dos años declaró preferir “morir de pie que vivir de rodillas”, en una entrevista con el periódico Le Monde.
Nacido en 1971 en Conflans-Sainte-Honorine, al noroeste de París, vivía bajo protección policial desde 2011, cuando la sede del semanario fue incendiada tras la publicación de varias caricaturas de Mahoma.
Antes de tomar la dirección de Charlie Hebdo, que recientemente se había instalado en el distrito XI, en la proximidad de las plazas de la Bastilla y Republique, Charb había colaborado con L’Echo des savanes, Télérama, Fluide glacial y L’Humanité, órgano del Partido Comunista francés.
Jean Cabut, Cabu, caricaturista celebérrimo en Francia desde hace décadas y colaborador de Charlie Hebdo desde su fundación en 1970, era el autor de una de las tres viñetas que en 2006 malhirieron la sensibilidad de los islamistas radicales, por lo que el semanario tuvo que ser protegido contra eventuales atentados.
En aquel número, firmaba la imagen de la portada, en la que una figura en representación de Mahoma decía en su leyenda: “Es duro ser amado por tontos”, en coherencia con la línea editorial del semanario, que en los último años sufrió varios atentados sin víctimas.
Nacido en Châlon-sur-Marne, Cabu comenzó a publicar sus primeras ilustraciones a los 16 años, pasó luego dos años en la Guerra de Argelia y a su vuelta a Francia, en 1960, trabajó en Hara-Kiri y en Pilote.
Colaboró luego con muchos otros medios franceses, entre ellos el también satírico Le Canard enchaîné, del que fue uno de sus pilares desde principios de los años 80 del siglo XX.
Este gran caricaturista que la semana próxima iba a cumplir 77 años y era padre del músico francés Manu Solo, fallecido a los 46 años en 2010, creó a lo largo de su carrera personajes tan conocidos como el Grand Duduche, héroe soñador y naif, recuerdo de su época escolar en provincias, con el que comenzó a hacerse famoso.
Precursor del cómic-reportaje y amante del jazz, el rock y el folk, Cabu dio vida también en los años 60 al famoso, malvado y estúpido Mon Beauf, antihéroe que llevó consigo a “Charlie Hebdo y a Charlie Mensuel.
Georges Wolinski, otro miembro histórico de la redacción asesinado, nació hace 81 años en Túnez, era simpatizante del Partido Comunista sin haber militado nunca en él y dibujante habitual de su órgano de prensa, L’Humanité. Fue también colaborador de Hara-Kiri en sus versiones mensual y semanal.
De origen franco-italiano por parte de madre y judío polaco por su padre, fue redactor jefe de Charlie Mensuel y trabajó para otros medios como Action, Paris-Presse, Le Nouvel Observateur y Paris Match.
Nacido en París en 1957, retratista social y comprometido con su tiempo al igual que sus compañeros asesinados, Bernard Verlhac, Tignous, colaboraba en otros medios como Marianne, L’Echo des Savanes y Fluide glacial, así como en varias emisiones televisadas.
Anticapitalista convencido, en 2011 publicó su último álbum, 5 ans sous Sarkozy, y fue también el autor, entre otras obras, de Pandas dans la brume (2010), On s’énerve pour un rien, en 1991, Tas de riches (1999) y Le fric, c’est capital (2010).
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