El martes pasado el portal americaeconomia.com publicó una amplia nota sobre cómo El Universal, el mayor diario de Venezuela, ha modificado en los últimos meses su línea editorial y el tratamiento a la información económica que publica en sus páginas en un giro afín al gobierno de Nicolás Maduro.
El diario caraqueño, un crítico acérrimo de los gobiernos de Chávez y de Maduro en el pasado, fue vendido en julio por su propietario Andrés Mata Osorio a un grupo de capital de riesgo español, Epalisticia, del que se desconocen sus inversionistas. Pero según una de las fuentes consultadas para la nota en cuestión, “los nuevos propietarios pudieran estar tratando de que el gobierno de Maduro les otorgara un trato favorable a sus otros intereses empresariales si abandonaban la línea editorial crítica de El Universal y la sustituían por otra progobiernista”.
De acuerdo a la publicación de americaeconomia.com si bien El Universal se destacó en el pasado por una amplia y crítica cobertura de información económica, ahora es evidente en sus páginas que el tratamiento de la información económica se ha “suavizado” a la vez que la censura, entre los editores, y la autocensura, entre los reporteros, se ha convertido en el “pan cotidiano” del quehacer de aquella redacción.
Hay que decir que lo que ocurre con El Universal en Venezuela, como lo describe americaeconomia.com, no es muy distinto a lo que está ocurriendo, desde hace ya tiempo, en gran parte de las redacciones de diarios en México. Debo decir que en los más de 26 años de laborar en las redacciones de prensa especializada, éstos últimos han representado el mayor retroceso para la prensa económica del país.
Y cómo no. El control de la agenda y del tratamiento informativo en los medios escritos y electrónicos se ha recrudecido a través del presupuesto público vía la millonaria publicidad oficial. Las amenazas veladas y los bloqueos a periodistas críticos e incómodos son normas, en buena parte, del gobierno federal y de una gran cantidad de gobiernos locales.
Pero no sólo eso. En un momento en que se disputan privilegios históricos entre las élites políticas y económicas, se ha multiplicado la corrupción entre dueños de medios, columnistas, conductores y editores.
Más aún. Con millonarias licitaciones públicas de por medio, las páginas de los periódicos y los espacios de radio y televisión se han convertido en megáfonos públicos para destruir enemigos y competidores o construir intereses empresariales asociados al poder político.
El periodismo de investigación en negocios y economía es prácticamente inexistente. Tuvo que ser un medio extranjero el que sacara a la luz el escándalo de corrupción de Walmart en México.
Lamentable. La prensa económica se ha vendido al mejor postor, como en Venezuela.
PRESIONES INFLACIONARIAS. Ayer Agustín Carstens soltó en el ITAM que hay una alta probabilidad de un incremento en la tasa de interés de referencia. El punto es cuándo. Quizá antes de lo que se cree por las razones que ayer le dimos aquí mismo. Y es que la depreciación del peso junto a la caída en los precios petroleros vinieron para quedarse y eso trae preocupada a la Junta de Gobierno, y con razón, porque seguramente veremos en 2015 una inflación más cercana a 4% que al 3.5% que espera el mercado. Si la paridad continúa por un tiempo más cerca de los 15 pesos por dólar, el banco central tendrá que elevar las tasas de interés, muy a pesar de Hacienda.