ISLAMABAD. La escuela de Peshawar, en el noroeste paquistaní, que padeció en diciembre un ataque talibán que causó la muerte de 132 estudiantes, reabrió hoy sus puertas con el recuerdo aún muy vivo de una de las peores masacres padecidas en Pakistán.
El pasado 16 de diciembre siete insurgentes del principal grupo talibán paquistaní, el Tehrik-e-Taliban Pakistan (TTP), penetraron en el colegio gestionado por el Ejército y, aula por aula, fueron disparando y lanzando granadas contra los estudiantes y profesores.
Ocho horas después de comenzado el ataque, las fuerzas de seguridad paquistaníes lograron abatir a tiros a los talibanes, con un cómputo final de víctimas de 132 menores y nueve empleados de la escuela muertos y 122 heridos.
Una de las encargadas del colegio, Uzma Ilyas, confirmó a EFE que el centro reabrió hoy sus puertas y explicó que los pocos alumnos que regresaron tenían sentimientos encontrados: de tristeza por lo sucedido y alegría por volver a ocupar sus antiguos pupitres.
“Los terroristas no son humanos. El islam es la religión de la paz y el amor“, sentenció la docente, que el día del ataque, en el que ella no acudió a trabajar porque estaba enferma, perdió a casi todos sus alumnos de su clase de grado 9 (de entre 15 y 16 años).
La mayoría de los colegios de Pakistán retomaron también hoy sus actividades después de un parón vacacional de invierno que se prolongó más de lo acostumbrado para que las autoridades locales certificasen que los niveles de seguridad eran los adecuados.
Sin embargo, en la provincia de Khyber Pakhtunkwa, cuya capital es Peshawar, muchos de las escuelas continuaban hoy cerradas al no cumplir con los requisitos, entre los que estaban la instalación de cámaras de seguridad y muros más altos con alambre de espinos.
“Los colegios con insuficientes medidas de seguridad no podrán reabrir sus puertas”, aseguró la semana pasada el ministro de información de Khyber, Mushtaq Ghani, según el diario local Dawn.
El superintendente de la Policía de Peshawar, Mohamed Said, afirmó hoy al diario que solo en la ciudad fueron inspeccionadas mil 440 escuelas, de las cuales únicamente 118 recibieron el visto bueno para volver a la actividad.
En el colegio atacado al menos una veintena de soldados protegían hoy el recinto, en el que fueron instaladas cámaras de seguridad, explicó a EFE un directivo de la escuela, Inamulá, que llamó “cobardes” a los “terroristas” y añadió que éstos están equivocados si piensan que se amedrentarán por asesinar a sus hijos.
“El Ejército de Pakistán os encontrará y os matará“, amenazó emocionado Inamulá, quien añadió que entre las autoridades que se encontraban hoy en el colegio se hallaba el jefe de las Fuerzas Armadas, el general Rahil Sharif, que acudió con su esposa para dar ánimos a los alumnos.
Los talibanes justificaron en su día la masacre a la escuela como una venganza por la muerte de familiares, entre ellos mujeres y niños, en las operaciones militares lanzadas contra los insurgentes en las zonas tribales de Waziristán del Norte y Khyber Pakhtunkwa, con unos mil 200 islamistas muertos desde junio.
La respuesta a la matanza por parte del gobierno, en unos hechos que muchos analistas compararon con el los ataques del 11-S en Estados Unidos o el 11-M español, no se hizo esperar.
Como primera medida, el primer ministro paquistaní, Narwaz Sharif, ordenó levantar la moratoria sobre la pena capital en casos relacionados con terrorismo, vigente desde 2008, con la consecuente ejecución de diez reos desde diciembre.
A esa medida se unió la semana pasada la aprobación por parte de las dos Cámaras paquistaníes de la creación de tribunales militares especiales durante los próximos dos años para juzgar a posibles terroristas.
Las autoridades de Pakistán han anunciado que más de 500 condenados por terrorismo serán ejecutados en las próximas semanas. DM