PARÍS. La marcha convocada por partidos de izquierda para reivindicar los valores de la República francesa estuvo encabezada por las familias de las 17 víctimas en los atentados yihadistas de la semana pasada en Francia.
Durante unas horas París se convirtió en la capital del mundo, con la presencia de casi 50 líderes políticos extranjeros y miles y miles de ciudadanos anónimos que expresaron, en silencio, con pancartas y cantando la Marsellesa.
Junto a banderas francesas y muchas viñetas de la revista, “Yo soy Charlie, soy policía, soy árabe, soy judío, soy francés” se leía en otros carteles de esta llamada “marcha republicana”.
“París es hoy la capital del mundo”, dijo el presidente francés, Francois Hollande, que auguraba que “el país entero” iba a “alzarse durante esta jornada” para expresar el dolor de la sociedad.
Muestra del carácter único de esta manifestación fue que caminaron a apenas metros de distancia el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y el presidente palestino, Mahmud Abás.
Tras la partida de los líderes internacionales hacia el Palacio del Elíseo, Hollande, un presidente poco popular que sin embargo fue aplaudido a lo largo del recorrido, se dio un emotivo abrazo con el médico y colaborador del semanario Charlie Hebdo, Patrick Pelloux, que atendió en persona a algunos de sus compañeros y amigos tras la masacre.
A las 15.30 hrs. (8:30 de la mañana tiempo de México), con un retraso aproximado de media hora respecto al horario previsto, partieron en esta manifestación calificada de histórica miles y miles de personas.
Aunque la salida estaba prevista desde la plaza de la República, la gran afluencia de gente hizo que los dirigentes y las víctimas abrieran la manifestación cientos de metros más adelante, en el bulevar Voltaire.
Poco después, se guardó un respetuoso minuto de silencio y el presidente de Francia, Francois Hollande, saludó uno a uno a los líderes presentes, entre ellos, Mariano Rajoy, David Cameron, Matteo Renzi, Benjamin Netanyahu y Mahmud Abás, entre otros.
“Había que venir”, afirmó Philippe Lemaître visiblemente emocionado, antes de apuntar con la mirada al lema que sostiene junto al pecho: “No toquen mi democracia”.
A este parisiense, que acudió para “rendir homenaje a los muertos por la libertad de expresión”, le gusta remarcar que, en su opinión, “la política debería mantenerse al margen de una jornada que pertenece al pueblo y no a los partidos”.
Una de las ciudades en las que el respaldo popular fue más numeroso fue Lyon, en el este, donde unos 200 mil ciudadanos, según cifras provisionales, se echaron a la calle en la protesta que cubrió cerca de siete kilómetros.
Las olas llegan al mundo
Las muestras de apoyo cruzaron el Atlántico y, en América, Buenos Aires condenó los ataques a las puertas de la embajada francesa, un día antes de que tenga lugar en el Museo del Humor un homenaje a las víctimas de Charlie Hebdo.
En Caracas, unos 200 venezolanos y franceses residentes en el país se concentraron ante la legación con carteles con los lemas, en francés y español, “La libertad de expresión es invencible” y “Yo soy Charlie”.
En ciudades de Canadá, como Montreal, Ottawa, Toronto, Vancouver y Québec miles de personas homenajearon a las víctimas y repudiaron los ataques.
En Europa una de las manifestaciones con más participación fue la de Berlín, donde unas 18 mil personas se concentraron ante la embajada de Francia, junto a la Puerta de Brandeburgo, para expresar su solidaridad con las víctimas y en contra del terrorismo y la islamofobia.
En Londres, centenares de personas se congregaron en la plaza de Trafalgar -entre ellos el viceprimer ministro británico, Nick Clegg- cuyas fuentes se tiñeron con los colores de la bandera francesa y donde se depositaron flores y plumas en memoria de las víctimas.
También en Bruselas unas 20 mil personas marcharon por el centro de la ciudad tras una pancarta con el lema “Juntos contra el odio”, en francés y flamenco.
En Viena, 12 mil personas se concentraron convocadas por el Gobierno y las comunidades religiosas, en repulsa a los ataques bajo el lema “Juntos contra el terrorismo”.
En Madrid, cientos de personas, entre ellas muchos musulmanes, se concentraron en la emblemática Puerta del Sol y en la plaza de Atocha.
En Oriente Medio, en Jerusalén, donde está previsto que sean enterradas las cuatro víctimas judías del asalto al supermercado kosher en París, tuvo lugar un acto de solidaridad encabezado por el alcalde de la ciudad, Nir Barkat, en la que los participantes portaban carteles con el eslogan de “Israel es Charlie”.
En Beirut, cientos de personas se congregaron en repulsa a esos atentados y en defensa de la libertad de expresión, levantando lápices hacia el cielo en recuerdo a los caricaturistas de “Charlie Hebdo” y con proclamas como “Soy Charlie”, “Sí a la libertad”, “islam contra terrorismo” y “No tenemos miedo”.