El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, está de gira por varios países miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) para abordar los cambios en el mercado y la caída de los precios del crudo, situaciones que han complicado la ya de por sí difícil situación de una economía donde 90% de los dólares que entra al país proviene de la exportación petrolera.

 

Después de visitar Irán, Maduro efectuó este domingo una visita oficial a Arabia Saudí, donde se reunió con el príncipe heredero, Salman bin Abdelaziz. Esto como parte de una gira que incluye a naciones como Qatar y Argelia, que como Venezuela integran el cártel petrolero.

 

Según información difundida por el gobierno venezolano en Caracas, en el encuentro con el líder saudí “se acordó trabajar para recuperar el mercado y los precios del petróleo con políticas de Estado entre dos potencias energéticas”, aunque no se dieron a conocer detalles sobre medidas específicas.

 

Apenas en noviembre pasado, durante la reunión anual de la OPEP, el representante de Venezuela insistió en la necesidad de recortar la producción para inducir una baja en los precios, en una postura que contrasta con la asumida por Arabia Saudita, el mayor productor mundial de petróleo, de rechazar un recorte como una estrategia para desestimular la extracción del petróleo no convencional, mediante el llamado mecanismo de “fracking”.

 

La víspera, Maduro alertó que entre junio y diciembre de 2014 el precio del barril petrolero descendió 40% y atribuyó la caída a la sobreoferta en el mercado de petróleo de lulitas, que produce Estados Unidos mediante el “fracking”.

 

La economía venezolana se contrajo en los primeros tres trimestres del 2014 y sus reservas internacionales se han deteriorado ante la caída del crudo a casi la mitad del valor de junio del 2014.

 

El declive ha generado preocupaciones de que Venezuela pueda incumplir con el pago de sus bonos, lo que en cambio ha impulsado los rendimientos de su deuda al nivel más alto para una economía emergente. Maduro ha negado que su país vaya a caer en una cesación de pagos.