La tarde del viernes pasado, Roberto Pérez, custodio de la empresa Grupo Mercurio de Transportes (Grumer) salió de la sucursal ubicada sobre la calle Prolongación Sabino en la colonia Ampliación del Gas en la delegación Azcapotzalco, a bordo de la unidad blindada marcada con el número 72, con un motivo simple: poner gasolina al vehículo.
Pese a que al interior de la unidad había 5 millones de pesos, la salida fue autorizada sin contratiempos por el personal de seguridad, encargado de la salida y entrada de vehículos alrededor de las seis de la tarde, pues Roberto sólo trasladaría la camioneta a la gasolinera más cercana, ubicada a unos 260 metros sobre la Calzada Vallejo.
Sin embargo, pasaron los minutos y un trayecto de a lo mucho 10 minutos se convirtió en más de una hora. Alrededor de las 7:20 de la tarde Roberto no había regresado y la empresa no lo localizaba vía satelital por lo que se hizo el reporte y se solicitó el apoyo de la Secretaría de Seguridad Pública para ubicar la unidad.
Tras dos horas de búsqueda, alrededor de las 8:30 de la noche, el vehículo fue encontrado estacionado en calles de la Colonia Santa María Insurgentes, en la delegación Cuauhtémoc, a unos 15 minutos de distancia de la empresa. Sin rastro del conductor ni del monto con el que salió.
A cuatro días del hecho, y sin saber del paradero de Roberto, este es el segundo atraco millonario que se registra en cuatro meses en la ciudad de México, donde los autores materiales fueron empleados de una empresa de seguridad privada y traslado de valores. Y el modo de operar es sin violencia y con apoyo de sus compañeros. En los dos hechos distintos, los ladrones han acumulado un botín de más de 15 millones de pesos.
A diferencia de lo que ocurrió el pasado 18 de agosto, cuando “falsos” empleados de Tecnoval acudieron a bordo de una camioneta rotulada, y se acreditaron como los encargados para retirar un numerario de 9 millones 900 mil pesos de una sucursal Bancomer en el Centro Histórico, en la sustracción de este viernes, el dinero salió de la misma empresa por parte de uno de sus empleados.
En los hechos, al igual que hace cuatro meses, la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal indagaba el paradero del sospechoso, así como el de sus probables cómplices, compañeros que en las mismas instalaciones le facilitaron la salida con dinero.
Aunque las autoridades capitalinas han reconocido que la carencia de filtros y controles al interior de las empresas privadas de seguridad ha fomentado este tipo de hurtos, en los que más que uso de violencia una planeación impecable les resulta benéfica, no hay ningún tipo de regulación por parte del gobierno para este tipo consorcios.
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