WASHINGTON. La administración de Barack Obama moderó sus puntos de vista sobre las caricaturas del profeta Mahoma, al negarse a criticar a una revista satírica francesa Charlie Hebdo que volvió a publicarlas menos de una semana después de que sus periodistas fueran víctimas de un ataque terrorista en su sala de redacción.

 

La semana pasada doce personas perdieron la vida cuando un grupo de terroristas atacó a la redacción del semanario satírico en París.

 

Este martes, el Departamento de Estado se negó a criticar las nuevas caricaturas que Charlie Hebdo publica esta semana.

 

También se abstuvo de decir si consideraba que su publicación fuera antimusulmana. El lunes, de manera similar, la Casa Blanca se abstuvo de emitir declaraciones similares.

 

“Independientemente de la opinión personal que alguien tenga sobre el tema, y sé que hay opiniones personales muy acaloradas sobre esto, apoyamos de manera irrestricta el derecho de Charlie Hebdo de publicar este tipo de cosas”, dijo Marie Harf, una portavoz del Departamento de Estado. “Eso es lo que ocurre en una democracia. Punto”.

 

La primera portada de Charlie Hebdo tras el ataque de la semana pasada muestra una caricatura de Mahoma y una doble página que decía que más gente fue a la marcha de París del domingo en apoyo del semanario satírico “que a misa”. En la carátula, Mahoma aparece con un cartel que dice “Je suis Charlie”, con una leyenda arriba que dice “todo ha sido perdonado”.

 

La revista se ha referido a varias religiones con su característico humor y había enfrentado amenazas por publicar caricaturas de Mahoma. Una de las máximas autoridades islámicas de Egipto pidió el martes a Charlie Hebdo, en tono de advertencia, no publicar más caricaturas de Mahoma argumentando que eran provocaciones para los musulmanes.

 

La postura de Estados Unidos de este martes sobre el tema ha sido la más empática de los últimos años con respecto a la publicación de estas caricaturas.

 

En el pasado, Estados Unidos había criticado las caricaturas del profeta musulmán sin dejar de defender la libertad de expresión.

 

En 2006, la Administración de George W. Bush describió las caricaturas publicadas en un diario danés como “ofensivas” al compararlas con imaginería antisemita y anti-cristiana de otras épocas. En 2012, el gobierno de Obama cuestionó el criterio periodístico de los editores de Charlie Hebdo al hacer públicas algunas caricaturas similares y dijo que podrían resultar “inflamatorias”.

 

Muchos musulmanes creen que publicar cualquier imagen de Mahoma puede ser una blasfemia. Cuando fue preguntada si los editores estadounidenses deberían tener en cuenta esa sensibilidad religiosa, Harf dijo que en Estados Unidos “llamaríamos a las organizaciones de noticias para que, en términos generales, tuvieran en cuenta factores que creemos son importantes”.

 

“Hay una gran variedad de factores que intervienen en la decisión de publicar, sea la libertad de prensa, sea la sensibilidad, sea la susceptibilidad religiosa”, dijo.

 

“Sin duda, entender que la gente, en particular los musulmanes, tienen sentimientos personales fuertes acerca de este tipo de representaciones”, añadió. “Nada justifica la violencia, nada justifica el odio y nada debe interponerse en el camino de la libertad de expresión”.