BANGKOK. Los equipos de rescate localizaron hoy en el fondo del mar el cuerpo principal del Airbus de AirAsia, donde se cree que se encuentran atrapados parte de los pasajeros, mientras los expertos analizan las cajas negras recuperadas entre el lunes y el martes en el oeste de Indonesia.
Un vehículo submarino no tripulado operado desde la fragata singapuresa MV Swift logró sacar imágenes de la parte principal del fuselaje de la aeronave y una de las alas, señaló el ministro de Defensa de Singapur, Ng Eng Hen, en su perfil de Facebook.
“Hemos informado a Basarnas (Agencia Nacional de Búsqueda y Rescate) para que las autoridades indonesias puedan comenzar las operaciones de rescate”, apuntó el ministro.
En las fotos se puede ver el ala izquierda, así como parte del fuselaje donde se lee “Now” y “everyone”, que es el lema que llevan los aviones rojos de la aerolínea de bajo coste AirAsia: “Now everyone can fly” (“Ahora todo el mundo puede volar”).
Mal estado de cadáveres dificulta identificación
El ministro se mostró esperanzado de que con la recuperación del fuselaje y de los cadáveres de los pasajeros que puedan estar atrapados entre los restos ayude a calmar el dolor de los familiares de las víctimas.
De momento, sólo han recuperado los cadáveres de 48 de los las 162 personas que viajaban en el aparato y han identificado a 38, incluida una de las azafatas.
El mal tiempo y el estado del mar dificulta las tareas de los buzos y de los submarinos no tripulados para recuperar los cuerpos en el mar de Java, donde se estrelló el Airbus 320-200 del vuelo QZ8501, al sur de la isla de Borneo.
Budiyono, jefe del equipo forense, afirmó que los cadáveres que llegan hasta Surabaya, en la isla indonesia de Java, se encuentran en avanzado estado de descomposición, lo que dificulta su identificación, según el canal Channel News Asia.
El funcionario explicó que los expertos cotejan los cuerpos con muestras de ADN y utilizan los dientes para identificarlos y que viajan hasta remotas islas para tomar muestras a los familiares de los pasajeros y la tripulación.
Analizan cajas negras
Los expertos analizan ahora las cajas negras, detectadas el pasado domingo a una profundidad de entre 30 y 32 metros bajo el mar, aunque no pudieron sacarse del mar hasta el lunes y el martes.
Según la Comisión Nacional de Seguridad en el Transporte, la descarga de los datos tarda unas horas o un día.
Sin embargo, el análisis de la información, que se encuentra en sistema binario, puede alargarse dos semanas o un mes y requiere la ayuda de un programa especial y de especialistas de Francia, Corea del Sur y Singapur.
Las autoridades indonesias indicaron anteriormente que la causa más probable del accidente fue las condiciones meteorológicas, lo que pudo dañar los motores del aparato, aunque son las cajas negras las que ayudarán a aclarar lo ocurrido.
La aerolínea, filial en Indonesia del grupo malasio AirAsia, reconoció ayer que no contaba con la autorización administrativa para volar en domingo, el día en que ocurrió el siniestro, aunque esta irregularidad se ha relacionado con el desplome del avión.
Desde el accidente, Indonesia prohibió la ruta Surabaya-Singapur que cubría AirAsia hasta finalizar la investigación sobre la falta administrativa, así como al menos otras 61 rutas en las que operaban sin permisos otras aerolíneas.
En cualquier caso, el presidente indonesio, Joko Widodo, señaló que las aseguradoras deberán pagar las indemnizaciones a los familiares de las víctimas, sin tener en cuenta el estatus del vuelo QZ8501 el día del accidente.
El accidente
El avión del vuelo QZ8501 de AirAsia despegó de Surabaya, en la isla de Java, en la madrugada del 28 de diciembre y tenía previsto aterrizar unas horas más tarde en Singapur, pero se estrelló en el mar de Java unos cuarenta minutos después de partir.
Transportaba tres surcoreanos, un británico, un francés, un malasio, un singapurés y 155 indonesios, entre pasajeros y una tripulación de siete personas.
Hasta el momento, AirAsia, una de las aerolíneas de bajo coste líderes en Asia, no había sufrido ningún accidente mortal desde su refundación por el empresario malasio Tony Fernandes. DM