MADRID. Fernando Torres disfrutó de su noche soñada en el estadio Santiago Bernabéu, donde con su doblete dejó una reivindicación personal que fulminó al vigente campeón de Copa del Rey (2-2), un Real Madrid que buscó con fe la remontada en un derbi trepidante que extiende el reciente dominio rojiblanco.
Los premios de oro eran blancos antes de que el balón rodase, el mérito, poco reconocido un año más por FIFA, rojiblanco. Nacía un derbi magnífico con aire de remontada en el Bernabéu de la manera más inesperada. Cuando el Real Madrid salía en tromba en busca de goles para recortar con rapidez la distancia de dos tantos de la ida, apareció un jugador al que muchos faltaron el respeto cuando era hora de volver a casa.
Fernando Torres dejó su sello con sus primeros goles oficiales de rojiblanco en casa del eterno enemigo. 51 segundos transcurrían cuando colocó en la escuadra su zurdazo de primeras tras ver cómo Griezmann encontraba una autopista porque Pepe midió mal. Su asistencia no pudo ser mejor rematada por el ‘Niño’.
El derbi se convirtió en un monólogo blanco. El vendaval llega con centros sin respiro desde los costados. Un ‘pinball’ dentro del área de intentos de remate, malos despejes y disparos que comenzaron a probar a un nervioso Oblak. Bale con dos testarazos, Isco y Cristiano, que se topaba con el portero esloveno que salió rápido para cerrar su disparo a un balón muerto, ponían ocasiones al asedio hasta que llegó el tanto del empate.
De nuevo Sergio Ramos, como en Lisboa el día del gol más importante de su carrera. De nuevo un testarazo inapelable ganando en el salto a Tiago, con regalo esta vez del portero rival, Oblak que salió a la nada y cayó derrotado al césped al chocar con un compañero. La esperanza blanca renacía y la afición alentaba desde la grada a once atletas que daban una exhibición de ritmo.
Si pocos esperaban el inicio del partido, menos soñaban con repetirlo en la reanudación. Fernando Torres cerró la eliminatoria de nuevo en segundos. En esta ocasión con un error grave de Ramos, que condicionó la ida con un penalti infantil a Raúl García y hoy regaló un balón cruzado desde la defensa en un exceso de confianza a Griezmann que asistió de nuevo al ‘Niño’. Recorte y definición abajo para superar a Keylor.
Cristiano Ronaldo ofreció este jueves el Balón de Oro al público del Santiago Bernabéu, que ovacionó a su jugador antes del encuentro de vuelta de los octavos de final de la Copa del Rey que disputa el conjunto blanco ante el Atlético de Madrid.
El jugador portugués presumió de su tercer trofeo tras los que consiguió la temporada pasada y en 2008 con el Manchester United. Lo celebró junto a su afición, que aplaudió a su ídolo a la vez que coreó su nombre en honor del delantero del Real Madrid.
Un mosaico dorado decoró las gradas del estadio Santiago Bernabéu en honor del luso, que cinco minutos antes del inicio del duelo saltó al césped junto al resto de los jugadores mientras el videomarcador proyectaba imágenes de sus goles al ritmo del himno del Real Madrid.
OB