Como sucede con los slogans, los hashtags pueden resultar buenos para la venta pero malos para el producto.
El Club Deportivo Guadalajara jugará este domingo su partido más importante en años y sus redes sociales han hecho viral la frase #JuntosVsTodo, reforzada desde la cuenta personal de elementos rojiblancos como Marco Fabián, Isaac Brizuela, Toño Rodríguez y Aldo de Nigris.
Ciertamente, alude a mercadotecnia y evocación de épica; inevitablemente, también a paranoia (va contra todo quien se siente perseguido por todo) y la sensación de que se pelea ante algo superior a las fuerzas propias…, y ese es precisamente el error. Que mientras el plantel chiva no enfrente los partidos como lo que son, once contra once, mientras mezcle nociones históricas o desastres directivos con el desempeño y concentración del equipo, mientras no se limite a resolver cotejo por cotejo, la salvación estará lejos.
El Guadalajara no puede concederse una derrota ante Pumas este domingo. La espiral de desconfianza sería brutal y aun más peligrosa que los rivales directos en la lucha por no descender; las malas sensaciones y el descrédito se multiplicarían en un grupo abundante en calidad (hombre por hombre, el mejor que ha tenido Chivas desde el título en 2006), pero inexperto para este tipo de circunstancia.
Pelear una permanencia es jugar a morir matando, es ganar por lo civil o por lo militar, es apegarse al espíritu de supervivencia, es ser un todoterreno que atraviesa cualquier superficie y brinca todo obstáculo, es, ante todo, un ejercicio de humildad. A priori, ninguna de esas características pertenece al Rebaño.
El partido de esta jornada resulta particularmente relevante, más allá de que no sea ni por mucho definitivo. Quedarán después quince jornadas en las que todo tiene forma de remediarse, mas no estoy seguro de que este cuadro podría levantarse de tamaño golpe psicológico. Sin ir más lejos, a la siguiente semana el Rebaño visita a la Universidad de Guadalajara en un choque clave y sería idóneo llegar ahí sin ocupar el sótano como ahora.
Otro factor fundamental es la estabilidad de Chepo de la Torre. Hasta ahora ha sido mesurado y prudente, pero no sabemos cómo reaccionará si la presión del descenso crece. ¿Volverá a ser el que vimos en los momentos críticos de la selección? ¿Volverá a convertir en tormenta cada una de sus relaciones: con jugadores, con prensa, con directiva, con árbitros, con aficionados? ¿Volverá a colapsar en confianza?
Por todo ello y porque en este plantel veo mucho futbol pero no a alguien capaz de echarse al equipo al hombro, el Guadalajara no puede perder este domingo. Y precisamente porque no puede perder el domingo, ha de concentrarse en jugar, en olvidarse de todo lo que es ajeno a su carrera por la permanencia, en ser impecable e implacable, en entender que hashtags y slogans al margen, no va contra todo, va contra Pumas y es local. Para ser más claros: exactamente a la inversa de lo hecho contra Jaguares el fin de semana pasado.