Por eso los dichos populares le dicen a la risa “el remedio de todos los males”; es un héroe totalmente inmune. Cuando la realidad agobia a las personas en el día a día con momentos complicados, cuando las noticias abrumadoras y situaciones incómodas han tomado la ciudad, pareciera que no hay escapatoria. El mal humor se apodera de lo cotidiano. Sólo puede haber una solución: que un artista consiga causarnos una sonrisa, que rompa la maldición de pronto y deje a su paso un ambiente agradable que ayude a salir de las dificultades.

 

Más allá de ser una forma de evadir los problemas, reírse es una actitud inherente del ser humano que lo ayuda, de manera instintiva, a superar los problemas y a sentirse bien consigo mismo.

 

Por ello, el Festival Internacional de la Risa, que el año pasado se llevó a cabo desde el 29 de noviembre hasta el 1 de diciembre, explota ese “mecanismo de defensa” de las personas, como lo llama Andrea Christiansen, la directora artística del proyecto, para convertirlo en una reunión de actividades artísticas y culturales que deleiten al público y lo salven de los momentos complejos en los que viven.

 

“La idea es responder a la necesidad de la sociedad de sanar a través del arte y de la cultura. En el caso nuestro, que nos dedicamos a ofrecerles humor a las personas, queremos dedicarle la posibilidad de sanar a través de la risa”, dice entrevista la organizadora del Festival.

 

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