El grupo parlamentario del PRD en la Cámara de Diputados pidió a la titular de la Fiscalía General del Estado de Guerrero a agilizar y realizar conforme a derecho la investigación sobre el asesinato de los sacerdotes Gregorio López Gorostieta, John Ssenyondo y José Ascensión Acuña Osorio.
Mediante un punto de acuerdo, los legisladores Roxana Luna Porquillo, Víctor Nájera Medina y Carlos de Jesús Alejandro, recordaron que la madrugada del pasado 22 de diciembre de 2014 el sacerdote Gregorio López Gorostieta fue secuestrado por un comando armado que ingresó al seminario de la Ciudad Altamirano en el estado de Guerrero, en la región de Tierra Caliente, lugar en el que se encontraba para oficiar varias misas y participar en una ceremonia navideña.
Indicaron que de acuerdo a información proporcionada por las autoridades del municipio de Tlapehuala, también en Guerrero, el cuerpo del sacerdote fue encontrado el jueves 25 de diciembre, con un impacto de bala en la cabeza y huellas de tortura, en la carretera Iguala-Ciudad Altamirano a la altura del monumento al General Lázaro Cárdenas, en el poblado de Colonia Juárez de Tlapehuala.
Los perredistas resaltaron que este crimen resulta alarmante al haberse cometido días después de que el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong firmara el Convenio de Implementación del Mando Único y anunciara el arranque del plan especial de seguridad para la región de Tierra Caliente que abarca 36 municipios de Guerrero, Michoacán, Estado de México y Morelos.
Acusaron que pese al despliegue del fuerte operativo emprendido por el gobierno federal coadyuvado con los gobiernos estatales, el padre Gregorio fue secuestrado y asesinado, así como agregaron que hasta la fecha no se ha aprehendido a ningún autor o ejecutor del crimen que tiene de luto a la ciudadanía guerrerense.
También resaltaron que en noviembre del año pasado, expertos forenses identificaron el cadáver del sacerdote católico ugandés entre los restos humanos encontrados en una fosa común en Zitllala; mientras que el 21 de septiembre el sacerdote José Ascensión Acuña Osorio párroco de San Miguel Totolapan fue “levantado” y su cuerpo apareció dos días después en el río Balsas, cerca del pueblo de Santa Cruz de Las Tinajas, municipio de San Miguel.
Ante esta situación, el Papa Francisco expresó sus condolencias por la muerte del sacerdote Gregorio López Gorostieta, a través de un telegrama firmado en su nombre por el secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin, y dirigido al obispo Maximino Martínez, de la diócesis de Ciudad Altamirano.
Los legisladores señalaron que la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) en un comunicado exigió a las autoridades el cese a la violencia y el esclarecimiento del asesinato del sacerdote originario de Nanchititla y de los demás crímenes que han provocado dolor en tantos hogares de nuestra patria, así como castigo conforme a derecho a los culpables.
MG