Hace un par de meses, a petición de BBC 6 Music, La Roux preparó y presentó una playlist. Su antología estaba dividida en dos partes; la primera contenía canciones que la hicieron bailar en el pasado. Ahí metió a Buddy Holly, Connie Francis y Stevie Wonder. Fue un rolón enfermo tras otro. En la segunda tanda de canciones, Elly Jackson recogió los actos que la hacen bailar en el presente. Ejemplos: Quando Quango y Visti & Meyland. Uf.

 

La Roux habló de sus héroes con elocuencia y sobre todo con humildad, como si los discos de platino y el Grammy que guarda en casa por su debut homónimo no existieran o no fueran cosa del otro mundo. Es debatible, pero parece que a la pelirroja no le interesa la realeza del pop (y qué bien que le quedaría el trono), sino el pop mismo.

 

Las canciones de Elly Jackson son esenciales para que las generaciones jóvenes sepan lo que es bueno, y para que las más cascadas se sientan arropadas. Se cantan, se bailan, tienen comentario social; hay Disco, hay New Wave, hay presente. Todo bien.

 

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