EL CAIRO. El semanario satírico Charlie Hebdo sigue provocado reacciones contradictorias en el mundo musulmán, donde muchos han rechazado el atentado de extremistas islámicos contra las oficinas de la publicación francesa en París que dejó 12 muertos.
Sin embargo, se sienten a la vez profundamente ofendidos por el historial de caricaturas publicadas que se burlan del profeta Mahoma. Esas pasiones se avivaron esta semana cuando el primer número de la revista tras el ataque tuvo como portada una caricatura de Mahoma con un cartel que decía “Yo soy Charlie”.
Según las tradiciones islámicas, cualquier representación física de Mahoma, incluso una que sea respetuosa, es considerada blasfema.
Las autoridades judiciales de Irán prohibieron el sábado la publicación de un diario por un titular de primera plana que supuestamente apoyaba a Charlie Hebdo. Mohammad Ghoochani, editor en jefe del diario Mardom-e-Emrooz, dijo a la agencia de noticias semioficial Tasnim que la publicación recibió órdenes de cerrar.
El titular del artículo del martes atribuía al cineasta y activista George Clooney haber dicho “Yo soy Charlie Hebdo”. Pero el artículo que acompañaba el titular no apoyaba expresamente la declaración de Clooney, ni a la revista en sí.
El gobierno iraní ha condenado públicamente tanto el ataque al semanario como a la publicación misma, calificando las caricaturas de Mahoma de “provocadoras” y un insulto al islam.
El sábado, en otras partes del mundo musulmán, el presidente afgano Ashraf Ghani condenó a Charlie Hebdo y dijo que la nueva portada con la caricatura de Mahoma es blasfema y un acto un tanto irresponsable.
“La libertad de expresión debe usarse para impulsar la comprensión entre las religiones”, dijo en un comunicado emitido por el palacio presidencial. “Afganistán ha sufrido muchos años de guerra y violencia, más que cualquier otro país, y es necesario entender y promover la coexistencia entre todos los pueblos del mundo”.
Por su parte, el primer ministro de Irak, Haider al-Abadi, también emitió una declaración de condena, y advirtió que “las palabras ofensivas pueden llevar a más derramamiento de sangre”.
Al-Abadi llamó a todas las partes a “desistir de tales prácticas, que crean una atmósfera de división y rechazo”. El mandatario reiteró su condena a los ataques a víctimas inocentes en París, diciendo que el terrorismo “no tiene nada que ver con el islam”.
También hubo protestas frente a la embajada francesa en la capital yemení de Saná, así como en Karachi, Pakistán. En Egipto, el Partido Islamista Noor denunció la portada más reciente de Charlie Hebdo en su página de Facebook en francés.
“De la misma manera que el Partido Noor rechaza la agresión a los civiles y el efecto negativo que ha tenido para todos los musulmanes en Europa, también rechaza el bárbaro e irresponsable acto de bajo el nombre de la libertad de expresión”.
En la ciudad de Gaza, capital de la Franja de Gaza, vándalos desconocidos pintaron graffiti en las paredes del Centro Cultural Francés. Además de lemas que alababan al profeta Mahoma y advertían que su nombre no se puede satirizar, los vándalos escribieron: “Periodistas franceses, váyanse al demonio, a un destino miserable”.
MG