PARÍS. Francia reflexiona sobre lo que ha fallado en la sociedad para que tres de sus jóvenes hayan asesinado a 17 conciudadanos, tras el parapeto ideológico del islamismo radical.

 

Expertos apuntan que hay que analizar múltiples causas para comprender un problema que, en cualquier caso, parece estar estrechamente relacionado con la educación, la integración, la identidad, la religión y la situación socio-económica de algunos jóvenes.

 

“La educación nacional ha estado voluntariamente sorda durante mucho tiempo respecto a un gran número de jóvenes”, explica Jean-Pierre Gross, profesor en un instituto del multiétnico oeste de París quien desde hace años detecta una “falta de confianza en las instituciones y en los medios de comunicación” por parte de los adolescentes.

 

“El colegio es la primera línea. Será firme para sancionar y para crear un diálogo educativo, con los padres incluidos”, aseguró la ministra francesa de Educación, Najat Vallaud-Belkacem.

 

Lo hizo en la Asamblea Nacional, después de que en unos 200 liceos de toda Francia algunos alumnos se hayan negado a respetar el minuto de silencio o el homenaje de turno a las víctimas en los ataques de hace dos semanas.

 

Muchos no se reconocen en el eslogan “Yo soy Charlie”, surgido como escudo popular de la libertad de expresión tras la matanza terrorista, y denuncian que la comunidad musulmana sufre un doble castigo: el espanto de los asesinatos y la reproducción masiva de unas caricaturas de Mahoma que juzgan ofensivas para su religión.

 

El autor de “Sociedades y Terrorismo” y “La Francia racista”, Michel Wieviorka, no considera que el lema “Yo no soy Charlie” sea irresponsable y apunta a que los “lobos solitarios” que han sembrado el terror en Francia son “casos sociales” que funcionan al margen de las comunidades islámicas.

 

 

Houellebecq asegura que su ficción no es islamófoba

 

BERLÍN. El escritor francés Michel Houellebecq afirmó que su libro Soumission (Sumisión) no es “en absoluto islamófobo”, aunque reivindicó el derecho “de un autor” a escribir uno que sí lo sea, “si así lo desea”.

 

“Insisto: mi novela no es islamófoba ni pretendió serlo nunca”, indicó el autor, en su primera intervención pública, en Colonia, tras el lanzamiento de esa novela en Francia, el mismo día del atentado yihadista en París contra la revista satírica Charlie Hebdo.

 

El autor expresó, ante una sala abarrotada de público, su “profundo pesar” por las víctimas de ese atentado, entre ellos cuatro dibujantes de la publicación que, recordó, habían sido “de algún modo compañeros” en su “trayectoria vital”.

 

Houellebecq se presentó ante la sala “Depot1” de Colonia, habilitada para acoger a 600 personas y cuyas localidades estaban completamente agotadas desde días atrás debido al enorme interés por seguir un acto que incluso ha sido transmitido en directo por internet.

 

Según las autoridades de la ciudad, la sala estaba protegida por un “proporcionado” dispositivo policial.

 

Houellebecq abandonó entonces París bajo protección policial, ante el temor de ser víctima de un atentado y consternado por lo ocurrido en la redacción de esa revista.

 

Su provocadora novela se desarrolla en el año 2022, ante unas elecciones presidenciales que se pronostica ganará el ultraderechista Frente Nacional.

 

 

Un millón contra el “espectáculo callejero” en París

 

MOSCÚ. Una manifestación conformada por un millón de personas se congregó en Grozni, Chechenia para protestar contra las caricaturas de Mahoma publicadas por el semanario francés Charlie Hebdo.

 

“Hoy vemos que Europa no ha sacado las debidas conclusiones de los sangrientos acontecimientos de París. En vez de condenar a los que abrieron fuego (contra los periodistas de Charlie Hebdo) y a los que, con sus caricaturas, dieron motivo para ello, las autoridades de Francia organizaron un espectáculo callejero en apoyo de la permisividad”, afirmó el líder político checheno Ramzan Kadírov ante los concentrados.