A la muerte del fiscal Alberto Nisman se sumaron nuevos interrogantes el miércoles con la declaración de un cerrajero que afirmó que una de las puertas de su vivienda no estaba completamente cerrada y que podía ser abierta fácilmente, así como el hallazgo de un pasadizo con otro departamento.
“La puerta de servicio estaba abierta. Lo podría haber hecho cualquiera”, explicó el cerrajero, identificado como Walter, tras declarar ante la fiscal que investiga la muerte de Nisman, Viviana Fein.
La justicia investiga una huella digital y una pisada encontradas por los investigadores en un pasadizo que comunica el departamento de Nisman con el de un vecino y donde se encuentra instalado el sistema de aire acondicionado del edificio, informó la agencia oficial de noticias Télam.
Los investigadores buscan determinar si alguien pudo ingresar a la vivienda del fiscal por esa puerta con el fin de asesinarlo. Nisman fue hallado el domingo en la noche con un disparo en la sien derecha, con una pistola calibre 22 y un casquillo de bala a su lado en el baño, adyacente a su dormitorio, y cuyas puertas no habían sido violentadas.
El fiscal vivía en el piso 13 de la torre Le Parc, un complejo de apartamentos del lujoso barrio de Puerto Madero. Según sus habitantes, el edificio, de unos 144 metros de altura y situado cerca de Río de la Plata, está diseñado para que sus residentes entren y salgan a través de estacionamientos subterráneos y donde la poca convivencia entre los vecinos parece ser la norma.
El hallazgo del cuerpo se produjo pocas horas antes de que el fiscal tuviera previsto presentarse ante una comisión del Congreso para explicar y aportar más detalles sobre la denuncia en contra la mandataria, el canciller argentino, Héctor Timerman, y otros allegados al gobierno, y que fue presentada ante un juzgado el 14 de enero.
Unas dos mil personas respondieron el miércoles a una convocatoria hecha por organizaciones de la comunidad judía bajo el lema “Verdad y Justicia”. El esclarecimiento de la muerte deNisman “es un imperativo de máxima prioridad para la sociedad argentina”, dijo el presidenta de la Asociación Mutual Israelita Argentina, AMIA, Leonardo Jmelnitzky.
Señaló que la muerte de Nisman representa “un duro golpe” para la investigación del atentado ocurrido hace dos décadas y por el cual no hay condenados.
El fiscal había adelantado el regreso de sus vacaciones, que compartía con una de sus hijas en Europa, para presentar la acusación contra la presidenta. En su denuncia dijo que le constaba que el gobierno tenía la intención de removerlo del cargo de titular de la Unidad Fiscal AMIA, que investiga la bomba en contra de la mutual judía.
La sospecha generalizada es que Nisman fue asesinado. Una encuesta de la consultora Ipsos, difundida el miércoles, reveló que el 70% de 414 personas consultadas cree que fue asesinado y un 18% que fue un suicidio.
En la opinión pública también ha generado suspicacias la presencia del Secretario de Seguridad, Sergio Berni, en el departamento de Nisman, quien estaba junto a la madre de la víctima, pues no es funcionario de la administración de justicia sino de un gobierno, que ha sido acusado de proteger a los ocho sospechosos del ataque.
Berni dijo que no alteró la escena del crimen porque nunca entró al baño.
El gobierno desestimó el miércoles la denuncia del Nisman, cuyo contenido completo fue publicado por el Centro de Información Judicial en la víspera, al decir que el investigador pecó de ingenuidad al sustentar su acusación en datos falsos.
El gobierno había prometido total colaboración y transparencia en la investigación de la muerte del fiscal. La Corte Suprema de Justicia anunció en un comunicado el miércoles que la información oficial del caso “se difundirá únicamente a través del Centro de Información Judicial”, dependiente del máximo tribunal.
La administración del edificio solicitó a sus residentes que “se abstengan de entregar elementos y/o información que puedan poner el riesgo al consorcio y a los habitantes del mismo”, luego de que en las redes sociales y los medios de comunicación se publicaran planos del lugar y fotografías de su interior.
Los vecinos, dispuestos a dialogar con la prensa en las horas posteriores al suceso, ahora gentilmente se abstienen de atender las preguntas de los periodistas.
La única referencia sobre el caso realizada por la presidente Cristina Fernández ha sido una carta que difundió el lunes a través de su página de internet y que un día después reprodujo en su página de Facebook. A la fecha, no se ha pronunciado en público y personalmente sobre el asunto.
La madre de Nisman había intentado localizar a su hijo alertada por sus guardaespaldas que no pudieron hablar con él, pese a que les había dicho en la víspera que los llamaría hacia el mediodía del domingo, como ya era costumbre, según dijo a The Associated Press un asesor del Ministerio de Seguridad cuya identificación mantenemos en el anonimato porque no tiene autorización para hablar sobre el tema.
La madre no se acordaba de la clave de acceso de la puerta principal por lo que tuvieron que llamar a Walter para que les abriera la puerta de servicio.
Tras hallar a su hijo en el baño, la madre de Nisman se comunicó con un servicio privado de salud a las 22.44 hora local del domingo para solicitar la presencia de un médico, que constató que el fiscal estaba muerto sin tocar el cadáver. Así lo reveló el presidente de la compañía de salud en diálogo con el canal Todo Noticias.
“No entra al baño. Un médico que tiene experiencia mira la rigidez del cuerpo, el cuadro y no necesita más para darse cuenta si el paciente vive o no. Reaccionó rápidamente de no tocar nada para no complicar” la escena de la muerte, dijo Claudio Belocopitt, presidente de la compañía Swiss Medical.
El médico declaró el miércoles ante la fiscal a cargo de la investigación de la muerte deNisman, Viviana Fein.
Según la autopsia, el fiscal habría muerto alrededor de las 15.00 hora local del domingo. Es decir, que al menos habrían transcurrido siete horas desde su deceso hasta que el cuerpo fue encontrado.
Un asesor de seguridad del Ministerio de Seguridad le había dicho el lunes a la AP que en el departamento del fiscal no fue encontrada ninguna misiva que pudiera acreditar que se hubiera cometido un suicidio.
El arma con la que el cuerpo fue encontrado se la había entregado el sábado un empleado de la fiscalía de la AMIA, instancia creada para investigar el atentado contra el centro judío, identificado por los investigadores como Diego Lagomarsino.
La fiscal Fein ordenó un nuevo peritaje del arma. En otro análisis, no se detectó la presencia de pólvora en las manos de la víctima, un dato clave para determinar si hubo un suicidio, o no.