TOKIO. Japón continúo con sus esfuerzos diplomáticos para liberar, en una carrera contrarreloj, a los rehenes nipones que el grupo Estado Islámico (EI) amenaza con ejecutar, si no recibe de Tokio 200 millones de dólares (dos mil 800 millones de pesos) antes del fin de semana.
“He ordenado que se haga todo lo posible diplomáticamente para liberar a los rehenes”, dijo el primer ministro, Shinzo Abe, a su llegada a Japón, tras acortar su gira por Oriente Medio debido a la crisis de los rehenes.
Abe reconoció que Japón afronta “una difícil lucha contrarreloj” para tratar de conseguir la liberación de los ciudadanos nipones, que el grupo yihadista amenazó en un vídeo con ejecutar en un plazo de 72 horas, que se cumpliría el viernes por la tarde (hora de Japón).
El primer ministro se mostró firme en sus primeras declaraciones en suelo nipón y aseguró que su país “nunca se doblegará ante el terrorismo”, con lo que el líder conservador daba a entender que su Gobierno descarta la posibilidad de pagar el gigantesco rescate.
El Gobierno de Tokio ha apostado de lleno por la vía diplomática para resolver la complicada situación y Abe ha aprovechado su gira en Oriente Medio, donde se vio sorprendido por el anuncio el pasado martes del EI, para pedir ayuda a los líderes de la región.
Además de hablar directamente con el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abás, Abe reveló que ha mantenido contactos telefónicos desde el martes con el rey Abdalá II de Jordania, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, y el presidente egipcio, Abdelfatah al Sisi.
El ministro de Asuntos Exteriores nipón, Fumio Kishida, también aprovechó su viaje a Europa para pedir la colaboración de sus homólogos, francés y estadounidense.
Horas antes de la vuelta de Abe a Tokio, el ministro vocero del Gobierno, Yoshihide Suga, se apresuró a rechazar las acusaciones del EI de que Japón está contribuyendo en operaciones militares con el grupo yihadista.
En el vídeo difundido por EI se amenaza con ejecutar a los dos rehenes japoneses, si no recibe 200 millones de dólares, una cantidad idéntica a la que el primer ministro nipón anunció el pasado fin de semana en El Cairo que destinará para ayudar a los países de Oriente Medio que combatan al grupo yihadista.
“Nuestra ayuda no tiene nada que ver con los ejércitos, sino que ha sido a los refugiados sirios y para que se mejore la situación de la sociedad de Oriente Medio”, afirmó el portavoz en un claro mensaje a los secuestradores.