Por Teresa Moreno
En todo el mundo sólo se han realizado 28 de estos procedimientos, sin embargo, para 2016 el trasplante de cara, uno de los tratamientos médicos más complicados humana y técnicamente en el mundo, podría llevarse a cabo por primera vez en México.
Lo que hace falta en principio de cuentas, es conseguir que este procedimiento de supra micro cirugía sea reconocido por la Ley General de Salud, explicó el doctor David Trejo Cervantes, coordinador de Proyectos Especiales de la Asociación Mexicana de Cirugía.
El nombre científico de esta operación es Aloinjerto Compuesto Vascularizado, es decir que de un donador fallecido a un paciente receptor vivo se trasplantan múltiples tejidos (huesos, nervios, piel, músculos) que conforman una sola unidad funcional como una mano, los brazos o la cara.
En México, este tipo de procedimiento quirúrgico (trasplante de tejidos compuestos) ya se ha hecho. En 2012, Gabriel Granados Vergara recibió dos brazos en la primera operación realizada en América Latina. Sin embargo, el trasplante de cara presenta otra serie de
“Estamos elaborando una propuesta, un documento de referencia para pedirle a la Secretaría de Salud que haga cambios en la Ley General de Salud en materia de trasplantes. De forma que el trasplante de cara sea reconocido legalmente para que las personas puedan tener acceso al reconocimiento de su nueva identidad. Algo tan simple como la fotografía de la credencial de elector, que con la ley como está ahora no podrían tener”, señaló en entrevista.
Dado que en México existen cirujanos capacitados para realizar esta operación, misma que sólo se ha hecho 28 veces en todo el mundo y que existen cuando menos cuatro hospitales en el Distrito Federal con el equipo especial para lograrla, de pasar el documento que ya prepara la Asociación Mexicana de Cirugía Plástica, Estética y Reconstructiva, el procedimiento podría concretarse en 2016, aproximó el médico.
De acuerdo con cifras de la Asociación, cada año en el país cerca de dos mil personas sufren lesiones, quemaduras o heridas tan severas que pueden ocasionarles deformidades en la cara mucho más graves que el asunto estético.
Como resultado, no sólo la calidad de vida y el bienestar psicológico de estas personas quedan comprometidos, incluso su vida está en riesgo.
Dependiendo del tipo de trasplante que se realice (ya sea parcial o completo) el paciente podría recibir desde nariz, labios superior e inferior y una parte de la barbilla y la mejilla, hasta toda la cara, en la que se utilicen también las orejas, nariz y párpados e incluso la lengua.
Además de la complicación que representa esta cirugía (personal altamente calificado, equipo de avanzada tecnología y la movilización de más de 500 personas desde el cirujano que lleva a cabo la operación hasta los médicos y paramédicos que trasladen los tejidos a trasplantar de un lado a otro del país) y de su elevado costo de hasta 350 mil dólares, es necesario realizar una valoración psiquiátrica del paciente receptor.
También está el reto de convencer a los familiares de donar el rostro de quien debió ser diagnosticado con muerte cerebral. “Que el paciente no padezca otras morbilidades asociadas
De 2008 para acá, en Estados Unidos se han realizado ocho trasplantes de cara completos y parciales. Los pacientes que se han sometido a ello, aseguran que la operación les cambió la vida.
El estadunidense Richard Norris se sometió a la cirugía a los 37 años. A los 22 años, se disparó accidentalmente en la cara, perdiendo la nariz, mejillas, labios, lengua, dientes, mandíbula y barbilla. En marzo de 2012, recibió una nueva cara de un joven llamado Joshua.
“Estoy bien. Paso mucho de mi tiempo de pesca y jugando golf. También, estoy disfrutando pasar tiempo con mi familia y amigos”, señaló en un comunicado después de su recuperación, “gracias Joshua. Siempre estaremos agradecidos contigo y con tu familia por este regalo de vida”.