WASHINGTON. Las leyes de Estados Unidos se han retrasado con respecto a los avances tecnológicos que facilitan el acceso a los drones pequeños y es necesario actualizarlas para garantizar la seguridad, dijo el presidente Barack Obama el martes, en sus primeras declaraciones sobre un dron que cayó en terrenos de la Casa Blanca.
Obama dijo que los drones, usados correctamente, pueden ayudar a la gente en formas imposibles de imaginar hace una década. El gobierno federal va a la zaga, tratando de garantizar que se lo use sin causar peligro ni violar la privacidad de nadie.
“Todavía no tenemos las estructuras legales ni de otro tipo, tanto global como en países individuales, para manejarlos como se debe”, dijo Obama en una entrevista con CNN. Parte de su tarea en sus últimos dos años en funciones “es ver si podemos empezar a crear algún tipo de marco para garantizar que aprovechamos lo bueno y minimizamos lo malo”.
Obama dijo que el aparato de 60 centímetros que cayó en el jardín presidencial se puede comprar en Radio Shack, es decir, la tecnología que antes era de punta y muy cara ahora está al alcance del consumidor promedio. Dijo que los drones tienen “funciones increíblemente útiles”, desde la agricultura hasta la entrega de paquetes, pero, tal como sucede con el ciberespacio, las leyes para manejarlos están por redactarse.
El debate sobre el control de drones afecta directamente a Obama, gracias a un aficionado aparentemente poco avispado que se presentó para reconocer un grave error. Cabe preguntar por qué este aficionado insomne voló el suyo cerca de la Casa Blanca a las 3 de la mañana del lunes, pero las investigaciones preliminares del Servicio Secreto indican que el hombre no tenía malas intenciones.
Obama y su esposa Michelle estaban en India y la Casa Blanca dijo que el dron aparentemente no era amenazador. Aun así, la caída en terrenos de la residencia presidencial apunta al riesgo de que se vuelvan cada vez más comunes y que puedan penetrar la burbuja de seguridad presidencial con intenciones más peligrosas.
El gobierno estaba a punto de proponer reglas para los drones que reemplazaría a la prohibición vigente para la mayoría de los vuelos comerciales. Los aficionados pueden manejarlos, pero a menos de 120 metros (400 pies) de altura, a ocho kilómetros (cinco millas) de cualquier aeropuerto, siempre a la vista y fuera de zonas densamente pobladas. Un pequeño número de empresas están autorizadas a usarlos para inspecciones y fotografía aérea. DM