Jesús Murillo Karam informó que para la Procuraduría Federal de la República (PGR) existe la “certeza legal“ de que los 43 normalistas de Ayotzinapa desparecidos hace cuatro meses en Iguala, Guerrero, fueron ejecutados e incinerados, tras ser entregados por los agentes municipales de Iguala a una célula de Guerreros Unidos.
“Hay certeza legal de que los normalistas fueron muertos en las circunstancias descritas”, precisó por primera vez Murillo Karam en conferencia de prensa para dar a conocer los avances de las investigaciones del caso Iguala.
Ello, luego de que Tomás Zerón de Lucio, director en Jefe de la Agencia de Investigación Criminal de la PGR, diera a conocer la declaración ministerial de Felipe Rodríguez Salgado, El Terco o El Cepillo, jefe de sicarios de Guerreros Unidos, quien ratificó que le entregaron a los 43 estudiantes de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa a quienes secuestraron, ejecutaron y desaparecieron.
Un día después de que se cumplieran 4 meses de que los normalistas se encuentran desaparecidos y que sus padres encabezaran la Octava #AcciónGlobalporAyotzinapa en la cual señalaron que no reconocerán la versión oficial de estos hechos y mantendrán su búsqueda hasta que haya pruebas científicas contundentes de lo contrario.
“Mientras no haya evidencia científica, seguiremos buscando con vida a nuestros hijos”, sostuvo Felipe de la Cruz, vocero de los padres en el mitin del Zócalo este 26 de enero.
Zerón de Lucio precisó que las declaraciones de los detenidos y 487 dictámenes, 368 declaraciones y dos reconstrucciones de hechos permitieron validar la narrativa de los hechos en caso Iguala, dados a conocer desde el 8 de noviembre pasado, de que los estudiantes fueron ultimados y calcinados.
De acuerdo con la narración de hechos hecha por Rodríguez Salgado, dijo Zerón, se puede señalar que los normalistas habrían sido confundidos con integrantes del grupo antagónico de Los Rojos.
“Las evidencias permiten determinar que los estudiantes normalistas fueron privados de la libertad, privados de la vida, incinerados y arrojados al río San Juan, en ese orden”, señaló Murillo Karam.
“Ésta, es la verdad histórica de los hechos, que debe tener validez jurídica ante los órganos jurisdiccionales”, agregó.
Tres estudiantes, interrogados antes de morir
De acuerdo con las declaraciones de El Cepillo, tres de los jóvenes normalistas fueron interrogados antes de ser ejecutados por la célula criminal.
Identificaron a los jóvenes como El Patilludo, El Cochiloco y El Flaquito, a quienes se dio este trato, por ser presuntamente integrantes de Los Rojos.
En la dirigencia de reconstrucción de hechos, señaló Murillo, se identificaron con presencia en el basurero a al menos tres de los estudiantes señalados.
Policías municipales y miembros de Guerreros Unidos señalaron que los jóvenes, a quienes privaron de la vida, llevaban, a excepción de dos, la cabeza rapada, característica que coincide con los estudiantes de primer grado que fueron secuestrados.
Las declaraciones de todos los policías, más de los miembros del grupo criminal, en todos los casos se refieren a estudiantes.
Comprobación científica
El hallazgo de más de 60 mil fragmentos óseos, con exposición térmica a fuego directo, comprueba científicamente la versión declarada por los detenidos, de que una vez que se extinguió el fuego, los restos humanos fueron triturados para su fácil desaparición y difícil identificación.
“El conjunto de indicios en relaciones, evidencias y pruebas científicas son consistentes entre sí”, aseguró Murillo Karam.
De manera contundente, está acreditado que los restos en las bolsas halladas en el río San Juan pertenecen a restos removidos del basurero.
Cuestionado sobre si el caso se cerrará tras el anuncio de estos avances, Murillo Karam señaló que los elementos de la averiguación son suficientes, pero que aún falta detener a algunos responsables.
Seis órdenes de aprehensión faltan por cumplimentar, reiteró que pedirán las penas más altas contra los responsables, que pueden ir a más de un siglo de sentencia.
Las evidencias han permitido ejercitar acción penal en contra de los 99 involucrados que han sido detenidos hasta hoy, dijo, permitiendo el actuar del Ministerio Público de la Federación que ha solicitado la imposición de las penas más altas que la legislación contempla.
El Cepillo, jefe de sicarios de Guerreros Unidos
Zerón de Lucio detalló que el 15 de enero de 2014, elementos de la Policía Federal en coordinación con personal de la Defensa Nacional (Sedena), detuvieron a Rodríguez Salgado, quien ratificó que participó en el secuestro, homicidio y desaparición de los 43 normalistas la noche del 26 y 27 de septiembre. Captura que fue “clave” para poder llegar a las conclusiones señaladas.
Rodríguez Salgado reveló que como jefe de sicarios se coordinaba con el subdirector de la Policía Municipal de Cocula, César Nava González.
Sobre la célula que comandaba, dijo, estaba formada por una docena de informantes y sicarios, quienes realizaban vigilancia, secuestros, homicidios y venta de droga en la zona.
Después de los hechos del 26 de septiembre en Iguala, El Cepillo abandonó Guerrero dirigiéndose al Norte del país con la finalidad de cruzar a Estados Unidos, acción que realizó pero tras perderse en el desierto y ser ubicado por las autoridades de ese país fue deportado y regresó al estado de Morelos, donde fue capturado en el municipio de Jiutepec.
La detención fue clave dentro de la investigación, no solo por los testimonios de quienes lo señalaban como quien dirigió la operación, sino que él mismo ratifico que condujo a las víctimas hasta el basurero de Cocula, a algunas las interrogó y dio la orden de ejecutarlas e incinerarlas.
La noche del 26 de septiembre según El Cepillo
De acuerdo con la la declaración firmada ante su defensor, El Cepillo narró lo ocurrido aquella noche.
Señaló que recibió una llamada en la que fue informado que un grupo antagónico atacaba Iguala y le ordenaron trasladarse a Loma de Coyotes donde le entregarían unos “paquetes”, sustantivo utilizado para denominar a los enemigos cuando eran capturados.
“El Chuky me llamo por teléfono y me dijo que me iba a entregar dos paquetes que llevaba detenidos y que eran del grupo contrario Los Rojos“, declaró El Cepillo.
A El Cepillo le fue entregado “un grupo numeroso de estudiantes” que bajaron de las patrullas y subieron a dos camiones, en los que con su grupo fueron conducidos hasta el basurero de Cocula en dondea tres se les interrogó y torturó, y a los que no murieron en el camino -presumiblemente por asfixia- se les ejecutó y posteriormente al grupo completo se les incineró.
“Encargue a El Pato que se hiciera cargo de todo, entrevistas y de darles piso y que destruyera todo”, según precisa la declaración ministerial hecha pública.
De acuerdo con la autoridad federal, con estas narraciones, asentadas en las declaraciones ministeriales, se consolida el móvil consistente en que los estudiantes fueron señalados, por los delincuentes, de formar parte de Los Rojos en la región. “Esa fue la razón por la que privaron de la libertad en un primer momento y finalmente de la vida.
Los dictámenes; 487 en total
Precisaron que durante la investigación se han realizado 487 dictámenes periciales en distintas especialidades, que “soportan y validan”, científicamente cada parte de la narrativa de los hechos.
Entre ellos químico, biológico, entomológico, balístico, fotográficos, antropológicos, análisis de voz, asuntos fiscales, criminalistica, contabilidad, psicología, retrato hablado, traducción, tránsito terrestre, valuación, ingeniería, arquitectura, incendios, medicina forense, topografía, audio, video, dactiloscopía y genética.
La PGR indicó que un dictamen químico mostró residuos de diesel y gasolina en el suelo del basurero de Cocula; tres zonas de cenizas dentro del mismo; rocas con impacto térmico; aluminio fundido por la exposición al intenso calor; fragmentos de llantas con intensas huellas de carbonización y cuerdas metálicas así como diversos restos humanos afectados por fuego
Informó además que un dictamen biológico hecho por el Instituto de Biología de la UNAM señaló que las plantas del entorno fueron afectadas por el calor; en tanto, otro entomológico, hecho por la misma institución, precisó que a través de larvas de dípteras, recolectadas en el lugar, se pudo precisar la fecha del incendio, la cual coincide con la narración de los detenidos confesos.
De acuerdo a las investigaciones, indicó Tomás Zerón de Lucio, se determinó que el área total de fuego fue de 140 metros cuadrados aproximadamente, en una superficie cercana a los 15 por 9 metros cuadrados.
Se dictaminó que las piedras calizas encontradas en el lugar, y que presentan fracturas por calcinación, estuvieron expuestas a temperaturas superiores a los 900 grados centígrados.
El basurero, una hoguera
Con base en las investigaciones realizadas, la PGR sostuvo que el basurero de Cocula cuenta con todas las características para haberse convertido en una gran hoguera.
De acuerdo con las características físicas de los restos óseos y dentales localizados en el basurero de Cocula, y los cambios químicos y físicos, los científicos determinaron que para ese tipo de daño las temperaturas que se alcanzaron llegaron a los mil 600 grados centígrados.
Karam indicó que los restos pasaron por las fases de deshidratación, descomposición, intervención y fusión, reduciéndose en su mayoría a cenizas.
Por su parte, Zerón de Lucio describió el lugar como una hondonada de 800 metros cuadrados y entre 20 y 40 metros de profundidad dependiendo del sitio de medición.
Por la topografía del sitio, los vientos predominantes fueron propicios para generar un óptimo sistema de oxigenación del fuego contenido, lo que permitió mantener la combustión a un tiempo prolongado, “asemejando un gran horno“, precisó.
Murillo por su parte señaló que en el área se encontraron alambres de acero radial, caucho de neumáticos, aluminio, rocas calizas fracturadas y calcinadas, grandes cantidades de restos carbonizados, restos de gasolina y diesel.
Y añadió que el reporte meteorológico del día de los hechos demostró que hubo chubascos ligeros y de corta duración, insuficientes para apagar el incendio.
140 años de prisión para culpables
Con su confesión, que acredita su participación plena y activa en los hechos, Tomás Zerón indicó que se comprueban las versiones coincidentes de los otros involucrados.
El Cepillo ha sido consignado por los delitos de delincuencia organizada y secuestro agravado en la agravante de homicidio durante la privación ilegal de la libertad, y piden una pena de hasta 140 años de prisión. “Es la pena que se solicitará al juez”.
Rodríguez Salgado fue ingresado al Penal Federal número Uno y enfrentará su proceso por el homicidio de los estudiantes normalistas de Ayotzinapa.
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