ATENAS. El dirigente que puso en jaque el programa de ajustes y austeridad que el Fondo Monetario Internacional y la Unión Europea impusieron a Grecia, Alexis Tsipras, juró su cargo como nuevo primer ministro de griego, horas después de la victoria de su partido en las elecciones parlamentarias celebradas el domingo. “Siempre velaré por los mejores intereses del país”, dijo en una ceremonia celebrada ante el presidente del país, Karolos Papulias.

 

Normalmente el primer ministro jura ante el jefe de la Iglesia ortodoxa griega, pero Tsipras es ateo y ayer se convirtió en el primer jefe de gobierno griego que no lo hizo así.

 

El gesto de Tsipras fue muy mal recibido por la conservadora Nueva Democracia, gran derrotada en los comicios, en lo que constituyó como la única reacción de la formación ante el acuerdo gubernamental.

 

“Da la espalda a una tradición de varios siglos de la nación helena, directamente entrelazada con la ortodoxia”, dijo la vocera Maria Spykari.

 

El juramento estuvo cargado de simbolismo: primero porque sólo realizó el juramento civil, porque lo hizo sin corbata, y porque su primer acto como primer ministro fue depositar un ramo de flores en la tumba de unos miembros de la resistencia comunista asesinados por los nazis.

 

Los desencuentros entre Syriza y la saliente Nueva Democracia continuaron ayer.

 

No hubo traspaso de poderes del primer ministro saliente, Andonis Samarás, al nuevo, sino que todo quedó en un trámite de funcionarios.

 

Un comunicado de Syriza firmado por el director de la oficina de gabinete de Tsipras, Nikos Papas, afirmó que el traspaso de poderes del primer ministro saliente es una tradición y “esperábamos que fuera respetada”.

 

El otro acto simbólico, ya como primer ministro, fue una visita del líder izquierdista al campo de tiro de Kesarianí, que durante la ocupación nazi fue utilizado como lugar de ejecución de los miembros de la resistencia.

 

Es también la primera vez que un primer ministro realiza como primer acto oficial una visita a esta tumba.

 

La mayoría para confirmar la formación del gobierno se resolvió ayer con un acuerdo entre Syriza y la derecha nacionalista de Griegos Independientes, que en las elecciones consiguió 13 diputados (4.7% de los votos). El acuerdo con Griegos Independientes fue anunciado por el líder de dicha formación, Panos Kammenos, tras reunirse con Tsipras. El objetivo, dijo, es que “los griegos avancemos unidos para recobrar la soberanía nacional”. Efe

 

 

El Eurogrupo espera acciones Tsipras

 

BRUSELAS. El Eurogrupo pidió “paciencia” hasta que el nuevo primer ministro griego, Alexis Tsipras, revele a sus socios sus “ambiciones” reales para las negociaciones con la troika sobre el rescate y las condiciones del mismo, al tiempo que subrayó que quiere una Grecia que pague su deuda y cumpla sus compromisos.

 

“Tenemos que permitir al nuevo Gobierno griego que establezca sus posiciones y que dé sus puntos de vista sobre cómo seguir adelante”, para solicitar más ayuda a sus socios, dijo el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, tras la reunión de los diecinueve miembros de la moneda única en Bruselas.

 

Sobre el actual rescate u otras cuestiones mencionadas por Tsipras durante su campaña electoral, como la renegociación de los términos del memorando de entendimiento y una reestructuración de la deuda, sus palabras fueron: “Poco puedo decir”.

 

La extensión del segundo rescate a Grecia expira el 28 de febrero, pero el que Tsipras haya jurado ya su cargo y que prevea anunciar hoy su gabinete ha permitido a la eurozona “ganar algo de tiempo”, según Dijsselbloem.
 

 Syriza encontró un socio

 

ATENAS. Sólo un día después de las elecciones, Grecia tiene un nuevo gobierno. El partido de izquierda radical, Syriza, forma coalición con la agrupación populista de derecha, Griegos Independientes (ANEL), que asimismo apoya el plan de combatir las políticas de austeridad.

 

ANEL, un partido fundado tan solo en 2012 fruto de una escisión de la hasta ahora gubernamental Nueva Democracia y dirigida por Panos Kamenos, expulsado en 2011 de ese grupo parlamentario al votar contra el segundo paquete de rescate, con motivo de una moción de confianza del gobierno tecnócrata de Lukás Papadimos.

 

Ambos han combatido ferozmente las políticas de austeridad aplicadas por el gobierno de Andonis Samarás y los programas de ajuste impuestos por la troika de acreedores.

 

Las dos formaciones quieren acabar con la tradición del partidismo y nepotismo que ha marcado las últimas décadas de este país, y que es uno de los orígenes de la crisis económica. En ese sentido, abogan por un proceso de depuración de responsabilidades, con el levantamiento de la inmunidad parlamentaria de todos los diputados sospechosos de corrupción.

 

También comparten la idea de exigir a Alemania reparaciones por los daños financieros causados durante la ocupación nazi.

 

Pero las similitudes acaban ahí. Syriza es un partido que aboga por el multiculturalismo y la tolerancia, mientras que ANEL es exponente de tradiciones ultraconservadoras, y demanda la introducción de un sistema educativo confesional y la lucha decidida contra la inmigración.

 

El hecho de que estos contrastes no hayan sido obstáculo para formar un gobierno demuestra que el acento del nuevo ejecutivo estará puesto fundamentalmente en temas económicos, es decir, en renegociar el programa de rescate y en buscar una quita de la deuda.