Frescura, riqueza de sabores y expresión honesta del licor base son elementos fundamentales de un coctel, advierte Anthony Medina, actual campeón del Diplomático World Tournament, y presidente del jurado del reciente certamen celebrado en México para la designación del bartender de México que participará en la edición 2015 de este concurso a nivel mundial, a realizarse en Venezuela, país de producción del reconocido destinado, calificado como “el mejor del mundo”, de acuerdo con los expertos que evaluaron a diversas marcas en el máximo concurso de su género, celebrado en Londres.
José Luis León, del bar Baltra, fue ganador absoluto del certamen nacional, realizado en el Bar Licorería Limantour, donde además de Medina participó el chef Daniel Ovadía en el jurado, entre otras personalidades del ámbito gastronómico. El ganador recibió una botella de ron Diplomático Ambassador, con un precio estimado de 9 mil pesos, y el pase directo a la gran final del certamen, a desarrollarse el 11 de mayo en Caracas, Venezuela.
El segundo lugar fue para Pablo José Mangialavori, de origen argentino y quien colabora en Licorería Limantour; el tercer puesto fue para Emanuel Álvarez, quien igualmente participa en el establecimiento sede del evento organizado por la marca venezolana.
La figura de Juancho Nieto Meléndez es un icono de Ron Diplomático que va más allá de su efigie en las etiquetas. Según testimonios de sus descendientes, a fines del siglo XIX la Hacienda Botucal, en Venezuela, fue testigo de lo que fuera la tempranera inclinación de don Juancho, viajero impenitente por indagar desde sus vertientes iniciales, los sabores y esplendores de bebidas tradicionales.
Se vio cautivado por un proceso de elaboración que reposaba en métodos artesanales, que a pesar de repetirse, mostraban en sus productos variadas posibilidades de re-elaboración. La complejidad de ciertas variables del entorno, como son el clima y la humedad del trópico en estas tierras del Caribe, fue otro factor que lo envolvió de manera fascinante en este proceso.
De igual manera, las islas antillanas le entregarían, sin saberlo, resonancias de sus secretos, en las técnicas de los destilados y el envejecimiento de los rones. El trapiche, en su manera tradicional de triturar la caña para extraerlas, era para Nieto Meléndez su herramienta y compañero.
Observaba su lento andar a la manera de quien avizora nuevos caminos para transitar, imaginando los nuevos sabores que los jugos aportarían al ron. Mucho tiempo después, serían sus sabias y secretas combinaciones de ingredientes, barricas de madera y las mieles,
El resultado no deja dudas: un ron “único”. Mezcla de carácter y cuerpo con la sutileza de los aromas, expresión de la búsqueda y desvelos de quien lo llamaría y daría a conocer en el mundo como su Ron Diplomático. Su travesía por la vida demostraría que el tesón puede convertirse en sabor, color y aroma exclusivo, digno de ocupar las mejores mesas del mundo.
“Su muerte a mediados del siglo pasado, no significó la desaparición de su legado. Ha sido perfeccionado, siendo el Diplomático Reserva Exclusiva, elaborado en su honor, una de las mejores y más delicadas maneras de hacerle honor a su memoria y de representar a un país, Venezuela”, advierte Tito Cordero.