PHOENIX. Marshawn Lynch sí habló en el Día de Prensa previo al Super Bowl, pero eso no quiso decir que haya proporcionado mucha información. “Estoy aquí para que no me multen”, dijo el corredor de los Halcones Marinos. Repitió 15 veces la frase, antes de marcharse.
El astro de Seattle, que suele rehuir a los periodistas, terminó dando la nota del día, con su desplante. Un dibujante obtuvo una acreditación de prensa y se pasó la mañana haciendo bocetos de Tom Brady.
Pero eso no quiere decir que el Día de Prensa haya carecido de su dosis de espectáculo. Un periodista de radio llegó con el cuerpo desnudo, metido en un barril sin fondo. Un tipo llevaba una camisa morada, un casco de ciclista y siete cámaras ceñidas al cuerpo.
Los Patriotas de Nueva Inglaterra llegaron al encuentro y el reloj comenzó su cuenta regresiva de 60 minutos. Mientras reporteros, camarógrafos y el superhéroe de Nickelodeon Pick Boy se abrían paso a codazos para tener una posición de privilegio frente a los entrevistados, las preguntas comenzaron.
Como se esperaba, el entrenador de Nueva Inglaterra, Bill Belichick, no comentó mucho. Pero ahora, gracias a la pregunta que formuló un niño, se sabe que sus animales favoritos de felpa son esos pequeños monos que pueden manipularse con un dedo, para aparentar que hablan.
Para el estelar ala cerrada Rob Gronkowski, el no tener que hablar sobre lesiones le dejó particularmente feliz.
“Es excelente no tener que estar respondiendo pregunta sobre mi condición física”, dijo Gronkowski, quien debió jugar renqueante en el Super Bowl de 2012 que perdieron ante los Gigantes.
“Es un alivio estar un ciento por ciento sano y ciento por ciento preparado para darlo todo en este partido y responder a un millón de preguntas sobre mi tobillo como la vez anterior”.
Sobre el equipo de Seattle, media hora antes de que los Halcones Marinos ingresaran a la atestada arena donde los Suns de Phoenix de la NBA disputan sus partidos de local, una masa de gente rodeó el podio número seis. El nombre de Lynch estaba colocado ahí. Toda una sorpresa, al considerar que el corredor se pasó toda la sesión de prensa el año pasado escondido en una esquina.
Lynch procedió a subir las escaleras, puso a funcionar un cronómetro y señaló que había comparecido a la actividad para evitar ser multado. Indicó que respondería con la misma frase a la preguntas hasta que se agotara el tiempo. Dio por terminado todo cuando restaban 57:30 en la cuenta regresiva del reloj y es probable que después de todo acabará con una multa.