BOGOTÁ. Diosdado Cabello, hombre de toda la confianza de Hugo Chávez, reaccionó a las declaraciones de un militar quien se encuentra en Estados Unidos declarando sobre los vínculos de Cabello con el narcotráfico.

 

«En esta ocasión el ataque va dirigido contra mi persona pero tiene más que ver contra la revolución bolivariana que contra mí», sostuvo Cabello en una entrevista con la emisora colombiana Blu Radio.

 

Cabello respondió así a una información que publicó este martes el periódico español ABC en la que se asegura que en Estados Unidos hay una investigación abierta por sus supuestos lazos con el Cartel de los Soles.

 

Según esta información, el militar venezolano Leamsy Salazar, al que ABC identifica como ex jefe de seguridad de Cabello, ha declarado como testigo protegido ante un tribunal neoyorquino.

 

Cabello negó que Salazar fuera su jefe de seguridad, aunque admitió que sí trabajó con su equipo. «Estuvo algún tiempo trabajando con nosotros, eso es verificable. (…) Es mentira que fuera mi jefe de seguridad. No tiene nada que ver con mi seguridad, pero eso es lo que el ABC de España quiere que el mundo lea», aseveró.

 

Cabello explicó que sospechó de la conducta de Salazar el pasado junio y que por eso pidió que abandonara su equipo.

 

«Él (Salazar) se negaba a darme la cara y por eso solicité que fuese cambiado para que realizara cursos, no quiso seguir estudiando y desertó, creo en diciembre, para entregar su dignidad al imperialismo norteamericano», dijo a Blu Radio.

 

Este martes, el secretario de Estado adjunto de EU para Narcóticos y Seguridad Internacional, William Brownfield, dijo que «desde hace más de diez años, ha habido pruebas de que ciertos individuos dentro del Gobierno de Venezuela han sido corrompidos o penetrados por organizaciones narcotraficantes».

 

Cabello también se refirió a las relaciones entre Venezuela y Colombia, tensas tras la visita del expresidente colombiano Andrés Pastrana a Caracas, donde se reunió con miembros de la oposición.

 

Consideró que Pastrana, así como los expresidentes Sebastián Piñera (Chile) y Felipe Calderón (México), que le acompañaron en su viaje a Caracas, «tienen un problema de legitimidad» y aseguró que el motivo de su visita no ha sido otro que el de «plegarse a la posición de la oposición».