Hasta cinco competidores le han surgido a Joseph Blatter en la carrera por su quinta reelección como presidente de la FIFA, cifra tan vasta que permite pensar que los comicios serán un día de campo para el actual titular del organismo.
Hasta antes de esta semana la oposición lucía poco seria: Jerome Champagne, antiguo asistente de Blatter y quien a toda declaración halaga al directivo suizo; el ex futbolista David Ginola, cuya candidatura ha trascendido que es parte de un truco publicitario de un portal de apuestas; y el príncipe jordano Ali bin Al-Hussein, quien es vicepresidente de FIFA.
El príncipe intentó acaparar votos en el único sitio donde no se desea la continuidad de Blatter, es decir, la Unión de Futbol Europeo (UEFA), pues a todas luces resulta conocida la fuerza de Sepp entre los dirigentes africanos, asiáticos y americanos. Pese a que cuenta con el aval de la federación inglesa, el hermano del rey Abdullah de Jordania no logró convencer al resto de los europeos; entonces emergió el mayor obstáculo para Blatter, que es el holandés Michael van Praag.
En el congreso previo a Brasil 2014 y mientras que Blatter atribuía toda crítica a actos de racismo, Van Praag era la voz más severa: “El público relaciona a la FIFA con corrupción, sobornos y todo tipo de redes de viejas prácticas (…) Ya hay pocas personas que toman en serio a la FIFA y como sea que quieras cortarlo o ponerlo, es al final responsabilidad de Blatter”.
Todo hacía indicar que la UEFA no tendría candidato para las elecciones de mayo e incluso Blatter retó a sus colegas europeos bajo las palabras de “no tienen valor para enfrentarme”, hasta que Van Praag se destapó.
Un día después ha sido Luis Figo el que ha decidido buscar esa silla que jamás ha sido ocupada por un ex futbolista. “Me preocupo por el futbol y por la imagen de la FIFA; no nada más ahora, sino en los últimos años, no me gusta. Si buscas la palabra FIFA en Internet, lo primero que sale es ‘escándalo’, algo no muy positivo. Debemos cambiar y tratar de mejorar la imagen de la FIFA”.
Por propositivo que resulte el ex jugador portugués, debe de saber que su batalla es casi imposible. Tantas caras en la oposición hacen factible que se dispersen los votos ajenos a Blatter, quien insiste entre tono solemne y mesiánico que “su misión todavía no ha terminado”. Además, tanto Figo, como Ali y Van Praag buscan tomar fuerza en Europa, lo que propiciará la obvia división del único bastión anti-blatteriano.
Quedan tres meses de campaña, pero necesita suceder algo muy fuerte e inesperado para que no tengamos a Joseph Blatter como presidente del futbol hasta 2019, cuando tendrá nada menos que 83 años y 21 desde que sucedió a Joao Havelange.