PHOENIX. Antes que los equipos de los Patriotas de Nueva Inglaterra y los Halcones Marinos de Seattle se centren por completo en todo lo que será la estrategia de cara al partido de la 49 edición del Super Bowl, que van a disputar el próximo domingo, los protagonistas fueron el resfriado del mariscal de campo Tom Brady y la gorra que se puso el corredor Marshawn Lynch.
Brady confirmó ante los periodistas que se sentía resfriado, algo que no pudo ocultar en el tiempo que duró la conferencia de prensa, aunque también dijo que sabe cómo superar este ligero inconveniente de salud, con base en remedios caseros, básicamente, comer mucho ajo.
“Llevo cuatro o cinco días con esto, mis hijos se enfermaron y mi esposa está muy enferma ahora mismo. Me lo traje, desafortunadamente, hasta Phoenix, pero estaré bien. Estaré muy bien cuando llegue la hora de saltar al campo”¸ declaró el jugador clave la ofensiva de los Patriotas.
Brady entrenó con normalidad junto al resto de sus compañeros en las instalaciones de los Cardinales de Arizona.
El veterano mariscal de campo aseguró que los Patriotas hasta ahora habían tenido “muy buenos entrenamientos, pero aún necesitamos mucha preparación por delante”.
“La mayor parte del plan está listo, ahora se trata de pulirlo”, valoró Brady. “Sólo quedan 65 jugadas en la temporada, o 70 jugadas, así que cada una de ellas es trascendental. Tenemos que asegurarnos de nuestra sincronía y en cada jugada que mandemos tener oportunidad de éxito”.
Mientras la actualidad dentro de los Halcones Marinos es toda normalidad con la excepción del polémico Lynch, su corredor estelar que ahora se encuentra de nuevo bajo la posibilidad que la Liga Nacional de Fútbol Americano (NFL) lo multe por haberse puesto una gorra con publicidad no permitida durante el día de prensa.