BUENOS AIRES. La presidenta de Argentina, Cristina Fernández, reapareció hoy públicamente después de haber permanecido un mes en reposo, pero evitó referirse a la muerte del fiscal Alberto Nisman, quien la acusó de haber negociado con Irán la impunidad de presuntos terroristas.
Pese a que es el tema que más ha conmocionado a la opinión pública en los últimos años y a que desató una crisis en su gobierno, la mandataria no habló del caso del fiscal que investigaba el atentado sufrido en 1994 en la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA).
Nisman fue hallado muerto de un disparo en la cabeza en su departamento el pasado día 18, cuatro días después de haber denunciado que la presidenta pactó la impunidad de los supuestos terroristas iraníes implicados en el atentado en este centro comunitario judío.
La presidenta habló en cadena nacional durante una hora y desde la Casa Rosada, cobijada por su gabinete, gobernadores, líderes sociales y militantes, en su primera presentación pública desde que el pasado 30 de diciembre se fracturó el tobillo en un accidente doméstico.
Sin mencionar nunca a Nisman por su nombre, Fernández respondió a las críticas que recibió por especular sobre la muerte del fiscal y sembrar la duda sobre la posibilidad de un asesinato.
“Alguien dijo que yo no debería opinar, ni hablar, pero todos los argentinos somos iguales. La libertad de expresión, la libertad de prensa es para los 40 millones de argentinos, incluida la presidenta. No debe ser sólo para los que critica, agravian, descalifican o insultan al gobierno”, dijo.
Fernández agregó que “nadie le puede decir a la presidenta que se calle, así que voy a hablar todas las veces que quiera (…) es bueno decir que cuando jueces y fiscales hablan también crean opinión, y son los que deciden, ellos son los que firman sentencias”.
Tal y como lo ha hecho en otros momentos difíciles de su gobierno, la mandataria aprovechó el acto para mostrar que, pese a todo, está gestionando, y por eso anunció mejoras en los servicios de trenes, aumentos para jubilados y acuerdos de inversión con China.
“Estoy un poco averiada, como la batalla naval, pero jamás hundida”, aclaró de manera irónica al iniciar un acto en el que también aprovechó para convocar a elecciones pacíficas el próximo 25 de octubre.
“No permitamos que nos dividan, vayamos a las próximas elecciones en paz, con tranquilidad, con alegría, para que el pueblo vuelva a votar y decida quién quiere que los conduzca”, afirmó.
El evento sirvió, además, para que Fernández les hiciera guiños políticos a dos de los principales precandidatos presidenciales del oficialismo, el ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, y el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli.
Randazzo, responsable de la renovación de trenes, concentró los elogios presidenciales durante la primera parte de su discurso, mientras que Scioli fue mencionado como parte del equipo en la recta final del mensaje. DM