Una explosión provocada por una fuga en una pipa gas, propiedad de una de las principales empresas repartidoras del país, combinada con una construcción de tablaroca, la falta de salida de emergencias y la falta de protocolos, generó la destrucción de más de la mitad del Hospital Materno Infantil de Cuajimalpa.

 

El accidente cobró la vida de tres personas, dos menores de edad y una mujer adulta, además de 73 lesionados. Hasta el cierre de esta edición 14 continuaban en condición grave.

 

De acuerdo con el anestesiólogo Agustín Herrera, el nosocomio no contaba con salidas de emergencias, las cuales desde hace por lo menos cuatro años se encargó de solicitar sin tener éxito.

 

“Ese hospital está hecho de pura tabla roca, yo insistí mucho tiempo que se hicieran las puertas de emergencia y no me hicieron caso, eso tiene como cuatro años”, criticó en médico con 32 años de servicio y ocho en el Hospital Materno Infantil de Cuajimalpa.

 

La magnitud de la emergencia fue tal, que por segunda vez en este sexenio se aplicó en la ciudad el Plan DN-III del Ejército para asistir a la población afectada. La primera vez fue en la explosión de la Torre de Pemex, tragedia de la que justo este sábado se cumple el segundo aniversario.

 

De la fuga a la explosión

 

Según el suboficial Cecilio Mondragón, de la estación de bomberos La Venta, la pipa de la empresa Gas Express Nieto, con capacidad de cinco mil 800 litros, ingresó al nosocomio a las 6:40 de la mañana. Minutos más tarde, al realizar la maniobra de conexión, los operadores descubrieron una fuga en la válvula y pidieron apoyo a los bomberos.

 

Para ese momento ya comenzaban a llegar los trabajadores, sin embargo, sus supervisores les impidieron el paso e incluso sugirieron que “se regresaran a sus casas”.

 

Casi a las 7:10 de la mañana vino la explosión. El video de un vecino subido ayer al canal de YouTube, puso el poderoso estruendo a la vista de todos. La onda expansiva no sólo destruyó buena parte del nosocomio, sino que reventó los vidrios en las calles 16 de Septiembre, Arteaga y Salazar.

 

Después de la explosión comenzaron a salir del hospital las pacientes que podían caminar, algunas semidesnudas en sus batas de hospitalización, descalzas. Como pudieron, también escaparon los trabajadores y las personas que se habían quedado dentro.

 

Según trabajadores del Gobierno capitalino que llegaron a asistir las labores de búsqueda y rescate, en realidad no hubo un protocolo para evacuar a los pacientes, trabajadores y visitas que se encontraban dentro del hospital.

 

Confusión y rescate

 

Debido a la gravedad del accidente, el Ejército aplicó el Plan DN-III. A la zona llegó la Marina, Policía Federal, Gendarmería y de Protección Civil de la Secretaría de Gobernación. Además de decenas de bomberos y policías capitalinos.

 

El rescate inició primero con las manos. La prioridad era encontrar a los niños. Famosa se hizo la foto tomada por un rescatista en la que se ve al uniformado Mauro García llevando a un bebé con horas de nacido en sus brazos. Minutos más tarde llegaron los perros entrenados y el equipo especializado.

 

A la zona del accidente también acudió el Jefe de Gobierno Miguel Ángel Mancera, el secretario de Seguridad capitalino, Hiram Almeida, el procurador Rodolfo Ríos Garza, el secretario de Salud del DF, Armando Ahued, y el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong.

 

Las cifras sobre las personas heridas y fallecidas generaron confusión, pues mientras a las 8:30 horas Mancera hablaba de 54 personas lesionadas y no confirmaba muertes.

 

Fue hasta las 10:30 horas cuando Locatel empezó a informar los nombres de las personas lesionadas y los distintos hospitales a los que fueron trasladadas para su atención médica, y a las 13:30 horas el Jefe de Gobierno confirmaba a las dos primeras personas muertas. Alrededor de las 8 de la noche, Armando Ahued, informó de la muerte del bebé que los cuerpos de rescata habían sacado al final.

 

Doce horas después entró la maquinaria pesada al garantizar que no había ya desaparecidos que hicieran pensar que quedaba alguna persona por rescatar de entre los escombros.