Fotos: Roberto Hernández | 24 HORAS
No tiene tapujos ni prejuicios para hablar de sexo. Levanta la voz para quejarse por los abusos contra las mujeres, para defender sus derechos y halagar sus virtudes. Se conmueve por lo que ella llama el milagro de dar vida y se revela ante los que pretenden callarla.
Con más de 30 años de trayectoria en medios de comunicación, la periodista, locutora y guionista Fernanda Tapia ahora enfrenta una faceta distinta: participar en Los Monólogos de la Vagina como la actriz número 115 que pisa el escenario de la divertida puesta en escena, que inicia su última temporada tras 14 años en cartelera.
“Me gusta ser parte de esta obra porque es un mensaje que no se nos debe olvidar. Eve Ensler realiza un trabajo ejemplar que habrá a quien le guste y a quien no. Sin embargo, al hablar de las vaginas estamos hablando del mundo femenino y cualquier cosa que esto represente, sus realidades tan distintas por fuera. Los úteros hacen magia cuando se juntan”, explicó Tapia en exclusiva a 24 HORAS, durante un ensayo de la misma.
La puesta recorre la sexualidad femenina con visiones distintas, inesperadas, divertidas, satíricas y con el propósito de concientizar, mediante anécdotas tomadas de más de 200 entrevistas hechas por Ensler, acerca de la importancia de la libertad de expresión y perder el miedo de hablar de la sexualidad en público.
“Para mí no es para nada complicado hablar de la vagina. Me encuero a la menor provocación, pero estoy segura de que a varias de las que han participado en la obra les ha costado mucho pronunciar el solo nombre en público, y también hay gente a la que le cuesta trabajo oír va-gi-na, pe-ne. Si tú le hablas por su nombre se desvanece el miedo que hay sobre ellas. Creo que todas deberíamos hablar así en nuestras vidas cotidianas, nadie tiene que ofenderse. No podemos regresar al ‘tu cosita, tu tesorito’. ¡No!”, dijo la titular de Triple W.
Pese a que en la obra han participado diversas actrices, cantantes, periodistas, bailarinas y activistas, cada monólogo tiene su propia personalidad, que se complementa con la adecuada elección de quien lo narra. El proceso de selección recae en Jaime Matarredona director de la puesta, quien entrega el texto y en cada ensayo precisa respiraciones, tono, ritmo y pautas musicales para que el público entienda, se involucre, ría e interactúe en cada monólogo.
Tapia es portavoz de tres historias. De la tragedia y disgusto a lo reflexivo y conmovedor. Tres anécdotas con las que muchas mujeres se sentirán identificadas, la mujer que no acepta su sexualidad, los inventos que resultan molestos para el género y el nacimiento de un niño visto desde afuera, donde sólo hay gritos, pánico y ansiedad.
“La tercera narración me emociona mucho. Se trata de la vagina pariendo, milagro visto desde fuera. A mí me pega mucho porque yo parí a los 41 años y sí es un milagro, carajo. Y con cada uno de los monólogos están las vaginas para tocar, para tocarse, para servir a otros, para ser por otros, pero también para la vida. Es el origen y el principio, es una maravilla”, afirmó Tapia.
Después de 14 años en cartelera, Los Monólogos de la Vagina concluirá temporada este año luego de casi 7 mil 200 funciones en la Ciudad de México y más de 150 ciudades del país y Nueva York.
Para Tapia, esta obra ha representado una apertura ideológica para las mujeres. “Es un cambio pequeño, pero que va picando piedra”, sentenció Tapia, que hoy debuta en la obra.
“Esta obra es básica, se debe ver no una, sino varias veces. Traigan a la comadre pensada, persignada, a su hija que esté ya en edad de entender. Tiene que verla, reírse, reflexionarla, llevar tarea a casa. Traigan a los maridos. Si nosotras no hablamos de la vagina, para los hombres es un oscuro objeto del deseo. Vengan y luego hablen abiertamente de la vagina”, concluyó.
Entre el periodismo y el teatro
Recientemente, Fernanda Tapia fue invitada a participar en Wicked, en la que interpretó al personaje de la Señorita Mórrida y que significó también su debut en el teatro musical, una experiencia que califica como gratificante.
“En la adolescencia yo estudié para comedia musical en la academia de Fela Fábregas. Estuve un rato ahí y dejé de hacer lo que quería para cumplir con las necesidades económicas de mi familia.
Y a mis casi 50 años me dan la oportunidad de participar en Wicked y fue un sueño cumplido. Estar en teatro es una enorme oportunidad para mí”, aseguró Tapia, quien aseguró que su incursión en Los Monólogos… no interfiere con sus otras actividades profesionales, sólo es un complemento.
“Lo que cambia son las formas, mi línea editorial es la misma. Jamás me verán subiéndome a un escenario diciendo ‘tomen, fumen y arriba las corridas de toros’. Es como ir a una fiesta, nos ponemos tacones, adornamos la voz, pero la esencia es la misma”.
Y aseguró que nunca ha sufrido ningún tipo de censura por su forma tan directa de hablar y su visión sin tapujos de las cosas. “Yo estoy segura que hay mil personas que le cambian cuando estoy hablando, que dicen: ‘no soporto que sean tan directos’. La gente está acostumbrada a peinarse, a sentarse frente a la televisión creyéndose Thalía, Paulina Rubio, Kate del Castillo… Ya véanse al espejo, no les vamos a hablar suavecito”, comentó.