Mientras que sobre la cancha héroes deportivos como Tom Brady, Rob Gromkowski o Marshawn Lynch se rompen casi literalmente los huesos, y una estrella como Katy Perry suda bajo la mirada de 72 mil aficionados en el Estadio de la Universidad de Phoenix, y más de 180 millones de personas frente a los televisores de Estados Unidos, la NBC apuesta a romper todos los récords, pero de recaudación durante el evento deportivo más lucrativo del orbe.

 

En las últimas semanas, el Super Bowl ha dado de hablar en materia económica al ser la edición con mayor costo en publicidad. Serán entre 4.4 y 4.5 millones de dólares lo que las marcas tendrán que invertir para anunciarse 30 segundos durante el evento deportivo, lo que sumará hasta 300 mil dólares más que el año pasado.

 

Así que en la NBC sonríen de oreja a oreja pues podría obtener al menos 7% u 8% ingresos más de los 331 mil 800 millones que se embolsó Fox durante la transmisión del año pasado.

 

Pero el impacto del partido no acaba ahí. El Super Bowl XLIX podría dejar una derrama mundial superior a los 14 mil 300 millones de dólares. Sólo en Estados Unidos se estima que captará a unos 184 millones de espectadores, 73 millones más que la edición anterior, los cuales gastarán en promedio 77.88 dólares cada uno en consumo de alimentos y bebidas, principalmente, de acuerdo con estimaciones de la Federación Nacional de Comercio Minorista (NFR, por sus siglas en inglés).

 

Por su parte, el estado de Arizona, sede del encuentro podría recaudar hasta 500 millones de dólares, 16.5 veces más de la inversión que hizo llevárselo.

 

De acuerdo con medios estadounidenses, Arizona gastará 30 millones de dólares, entre fondos públicos y privados, por la organización del evento. Una cantidad menor si se compara con los 50 millones de inversión que se prevén para la edición 50 del “súper domingo”, a realizarse el próximo año en San Francisco, o más aún, con los 70 millones que desembolsaron el año pasado Nueva Jersey y Nueva York, para albergar el Super Bowl XLVIII.

 

Más allá de eso, estudios económicos realizados por los comités anfitriones en torno al costo-beneficio de realizar este evento, señalan que el juego tiene un impacto de entre 200 y 500 millones de dólares en las economías locales, regionales y estatales.

 

“Eso demuestra que las ciudades obtienen una gran ventaja al ser la sede del Super Bowl, más allá de ostentar el título de capital del gran juego”, declaró recientemente Frank Supovitz, manager del juego para la NFL entre 2005 y 2014.

 

 

184 millones de telespectadores se estiman para la edición 49 del Super Bowl, en Estados Unidos

 

14 mil 300 millones de dólares gastarán los estadunidenses en bebidas y alimentos durante el evento

4.5 millones de dólares es el costo por 30 segundos de publicidad en la transmisión del partido

500 millones de dólares serán inyectados a la economía de Arizona, sede del juego