Hay especies animales como los hamsters o las serpientes, que suelen devorarse a sus propias crías al momento de nacer.

 

Esto se debe a múltiples razones, entre las que destacan dos; la primera se trata de un recurso de los padres para poder sobrevivir cuando el alimento escasea, y la segunda es un argumento científico que señala la propia autodestrucción  de la familia para poder mantenerse, pues lejos de dejar que otro depredador se alimente de ellos los adultos las ingieren para darse fuerza y pelear.

 

Este ejemplo nos es lejano en la actualidad pero de una forma u otra la raza humana ha emprendido una brutal carnicería a lo largo de su historia, poniendo como objetivo trascender por encima de su misma especie. De dicha experiencia ha dado forma a una nueva colección del artista Ronit Baranga, presentada recientemente, y que sitúa al canibalismo como el tema inicial de la serie de platos hondos y lisos que integran la vajilla de arcilla, de donde partes del cuerpo humano como manos, dedos, bocas y lenguas son protagonistas.

 

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