‘Si la ley está mal, el problema es de la ley, no nuestro’ repiten a diestra y siniestra los famosos chapulines políticos que en México piden ‘licencia temporal’ de sus cargos de elección popular, para contender por cargos nuevos ‘de elección popular’ en el proceso del 7 de junio de 2015. Y es cierto, pero no tienen razón: ¿Y la ética política, apá?… ¿Y la moral política sigue siendo “el árbol que da moras”?
Son personajes que durante meses en 2012 llevaron a cabo un proceso electoral terriblemente costoso para todos nosotros y llegaron a sus cargos, como es el caso de los 14 delegados del Distrito Federal, o diputados federales o locales para ‘hacer algo en poco más de dos años’.
Así que éstos encargados de nuestro futuro feliz, como prometieron, aun no concluyen el mandato para el que fueron ‘electos’ y ya aspiran a otro de más carga política, mayores beneficios económicos y saludable proyecto a futuro…
Todo gracias a que sus partidos políticos conocen sus ambiciones y les dan su apoyo porque, a su vez, requieren mayorías o garantizar continuidad o gestión a favor de los institutos políticos que así subsisten: no importa si son o no transparentes, no importa si no tienen cola que les pisen, no importa si ‘como se lleva un lunar, todos pueden una mancha llevar’…
En efecto la ley mexicana en materia electoral no contempla algún impedimento para que aquellos que llegaron a un cargos ‘por voto mayoritaria’, no puedan ocupar un cargo de elección popular si no han concluido aquel por el que fueron dispuestos. Así que están en su derecho. ¿No habrá que reformar la ley en esta materia?
Catorce delegados en el DF –por ejemplo- que duraron en su gestión poco más de dos años en los que muchas de las obras que debieron realizar o nunca se iniciaron o están inconclusas. La ciudad de México, gracias a esta superficialidad de gobierno y burocrática es un caos desenfrenado.
El tema adicional es que dejan a funcionarios encargados del despacho ‘a modo’, de tal forma que como la solicitud de licencia es ‘temporal’, entonces si no les va bien –que seguro no ocurrirá-, regresarían a su cargo.
Mientras tanto los ‘encargados del despacho’, por gratitud o compromiso, cuidarán la espalda al funcionario que quizá no regrese y, por lo mismo, ‘nadie sabe-nadie supo-nadie sabrá’ si el ahora aspirante hizo obra, o chanchullos políticos y corrupción: ‘La lana es la lana” dijo uno de ellos a sus subordinados que controlan ambulantaje en la capital del país.
Pero, bueno, es el nivel de los partidos políticos mexicanos: Ahora resulta que otro aspecto de nuestra democracia y que tiene que ver con el desorden político, la ambición de poder y el fracaso del sistema de partidos es el de la cargada de hijos y parejas de políticos de colmillo retorcido.
También están en su derecho, pero entre ‘chapulines’ y los hijos y parejas de políticos, cuyo mayor capital político es o el apellido o la relación afectiva, lo único que hacen es bloquear el acceso a los puestos de elección popular a gente joven que tiene pruebas fehacientes de capacidad política, voluntad social y formación intelectual o conocimientos suficientes para los cargos en juego…
Los partidos políticos abren la puerta para mantener dinastías y para construir el futuro de México a, por ejemplo, Pablo Gamboa Miner (PRI), hijo de Emilio Gamboa Patrón; Luciano Quadri (Panal), hijo de Gabriel Quadri; Ángel Aguirre Herrera (PRD), hijo del ex gobernador de Guerrero, Ángel Aguirre Rivero…
A Néstor Núñez López (MC), hijo del gobernador de Tabasco, Arturo Núñez; Alfredo del Mazo Maza (PRI), hijo de Alfredo del Mazo González y nieto de Alfredo del Mazo Vélez; Rubén Figueroa Smutny (PRI), hijo del ex gobernador de Guerrero Rubén Figueroa Alcocer; Fernando Bribiesca Sahagún (PRI-PVEM-Panal), hijo de la señora Marta Sahagún; Ignacio Pichardo Lechuga (PRI), hijo del ex gobernador Ignacio Pichardo Pagaza…
Y qué tal con las parejas sin par: Alma Carolina Viggiano Austria (PRI), esposa del gobernador de Coahuila, Rubén Moreira Valdez; Gina Cruz (PAN), esposa del secretario general de gobierno de Baja California; Eugenio Govea (MC) yerno de la ex gobernadora de Zacatecas, Amalia García; Laura Velázquez Alzúa (PRD) pareja de Enrique Vargas, secretario general del PRD-DF; María Luisa Ramos Segura (PRI), quien hace trámites y es esposa del actual gobernador de San Luis Potosí, Fernando Toranzo…
Todo en familia. Como entonces. Como ahora. Como si no existiera una militancia activa en cada partido; como si la calidad política y de servicio se midiera por las fidelidades, el apellido o las sábanas. La destrucción de la democracia comienza con la falta de ética política y aunque algunos de los nombrados pudieran tener calidad social y política, falta demostrar que así es.
Mientras tanto, el Instituto Nacional Electoral, (INE) que una vez nació como IFE sigue recibiendo carretadas de recursos para ser el:
“Promotor de la cultura democrática en el país; para contribuir al desarrollo de la vida democrática; para preservar el fortalecimiento del régimen de partidos políticos; para asegurar a los ciudadanos el ejercicio de sus derechos político electorales y vigilar el cumplimiento de sus obligaciones así como para coadyuvar a la difusión de la cultura democrática…” y todo eso que nos hace ser un país en democracia con ética y transparencia: ¿Será?