A escasos 400 metros de una base militar, en el corazón de la colonia el Tezontle, en Pachuca, la Iglesia de San Juan de los Lagos sigue rindiendo tributo a su principal benefactor: Heriberto Lazcano Lazcano, el sanguinario fundador de Los Zetas abatido el 7 de octubre de 2012 por infantes de marina en Coahuila.
Ubicado entre la 18ava Comandancia Militar y la Zona Plateada -el lugar de mayor plusvalía de Pachuca- donde se alzan complejos comerciales, hoteles y edificios de lujo donde la clase política hidalguense ha establecido su residencia, el Tezontle ayer estuvo de fiesta como cada Día de la Candelaria.
La pecularidad es que el fervor religioso ha forjado una simbiosis con el culto a uno de los narcotraficantes que durante años sembró el terror en el país por sus crueles métodos de acribillar a sus rivales o sus prácticas de extorsión.
A la entrada del templo, cuya construcción fue financiada por el capo y su mantenimiento sigue a cargo de su familia, un enorme adorno floral da la bienvenida: un cuadro de la virgen de San Juan de los Lagos converge con otro de El Lazca, y el nombre Heriberto Lazcano Lazcano, forjado con flores amarillas y rojas es coronado por imágenes de ángeles y cometas hechos con flores blancas.
Su nombre -que alguna vez estuvo incluido entre los más buscados de la DEA- y su retrato pintado al óleo están postrados al frente de la Iglesia, mientras a las afueras, decenas de juegos mecánicos divierten a los niños y el escenario está puesto para que por la noche la Banda Jerez y la San José de Mesillas entonen los corridos en honor de El Lazca o El Verdugo. Todo es gratuito incluida la verbena popular.
En el Tezontle nadie habla, aunque la foto del otrora líder de Los Zetas cuelga del templo y la música, comida y diversión sean gratis, todos disfrutan la fiesta sin estridencias, aunque saben que todo es patrocinado por la familia Lazcano que asistieron a misa por la mañana como lo han hecho desde hace años.
Historia
“El Lazca” o “El Verdugo”, como también lo conocen autoridades de seguridad de México, fue abatido en octubre de 2012 en Coahuila durante un enfrentamiento con elementos de la Secretaría de Marina.
Declaraciones de mandos del Ejército en Hidalgo detallan que “El Lazca” al permanecer como soldado de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y años después cuando se convierte en narcotraficante, edificó su hogar cerca de la 18 Zona Militar en Pachuca, donde por años, militares y “zetas”, vigilaron entre ellos sus movimientos.
La vivienda sobresale de las demás casas asentadas en la colonia El Tezontle no sólo por ser una residencia lujosa y de tres pisos, sino por ser la única ubicada sobre una colina que tiene una sola entrada, sitio posicionado estratégicamente en la parte más alta del lugar.
De acuerdo con la Secretaría de la Defensa Nacional, el 5 de junio de 1991, “El Lazca” comenzó sus estudios castrenses como soldado de infantería en la 18 Zona Militar de Hidalgo, donde aprendió tácticas militares y estrategias de combate.
Como un fuerte de guerra, el panorama desde la casa localizada en la calle Oyamel tiene la perspectiva de toda la colonia. Sus entradas y salidas sirvieron de vigilancia cuando el “Lazca” y su familia habitaban la capital de la entidad.
A pesar de lucir abandonada, la vigilancia en la colonia El Tezontle continúa.
Cada año, se exhibe un arreglo florar de color amarillo y rojo el nombre de la familia “Lazcano” justo en la entrada de la capilla de San Juan en el barrio popular, que tiene a cuestas una cruz de casi 20 metros de altura que, según informes de la PGR, Heriberto Lazcano donó.
Es común que cada 2 de febrero, en la pequeña iglesia se realice una homilía a las 10 de la mañana y después el festejo nocturno con jaripeo, grupos de música norteña y comida.