Nace en Madrid la Academia de las Artes Escénicas (Ana Belén, en la directiva); Entrada a museos, ¿con tarjeta?; Vargas Llosa pierde el pánico escénico; It was a Very Good Year, Sinatra-Drake; Townes y el láser

 

No debía ser tan fácil cuando numerosos profesionales del mundillo del teatro y la danza habían intentado ponerla en pie en diversas ocasiones en los últimos diez años, aunque sé que nadie llegó ¡a buen puerto! Esta ocasión, tras varios meses de continuas juntas, porque había de poner de acuerdo a las distintas visiones sobre la que debe ser una academia, el proyecto llegó a buen puerto (este tema lo hablamos en casa de la Condesa de Maricarmen Taibo junto con sus hijos Paco Ignacio I y Benito Taibo, además de Ana Belén, Rodolf Sirera y Carlos Plaza) y acaba de nacer la Academia de Artes Escénicas de España.

 

3-Ana Belen

 

 

La preside nuestro amigo el dramaturgo José Luis Alonso de Santos (que tanto admiraba a Ofelia Guilmain y a Amparo Rivelles, actrices hispanas que sumaron en México con su talento histriónico; sin olvidar a la familia Soler que tantos éxitos tuvo en el cine y teatro de México), con el autor Antonio Onetti, como secretario general, y el productor Jesús Cimarro, y la coreógrafa Rosángeles Valls, como vicepresidentes. Otros conocidos del público mexicano figuran en la directiva: José Carlos Plaza, Carlos Portaceli, Ana Belén (“Ahí está, ahí está, ¡la Puerta de Alcalá!”, todo un símbolo arquitectónico y cultural de Madrid), Magui Mira, los autores Fermín Cabal y Rodolf Sirera, y la coreógrafa Mónica Runde.

 

 

Tanto Rafael Tovar y De Teresa y Gerardo Estrada que tanto aman el teatro y la Ópera del Met que presentan en el Auditorio Nacional están contentos porque ya existe la facilidad para agilizar el ingreso de los visitantes nacionales y extranjeros a los 29 museos y zonas arqueologías del país y, por ende el Instituto Nacional de Antropología e Historia implementó el pago electrónico a través de tarjetas bancarias (crédito o débito).

 

Los recintos que ofrecen esta alternativa: Museo de Antropología, Museo Nacional de Historia, Castillo de Chapultepec, Museo Nacional de las Intervenciones, Galería de Historia, regional de Querétaro, y de las casas de Cultura de Oaxaca y casa Carranza. También, las zonas arqueológicas de Malinalco y Teotihuacán (Estado de México, el sitio arqueológico de Cholula (Puebla); la zona de Tula, Hidalgo, Cacaxtla, Xochitécatl y Mitla (Oaxaca). Y a partir de febrero del 1 de febrero ya se sumaron las zonas arqueológicas de Comalcalco (Tabasco); El Rey, Cobá, San Gervasio y Tulum, en Quintana Roo, Chichén Itzá y Uxmal (Yucatán) y la zona del Tajín (Veracruz).

 

Los cuentos de la peste” sube a la escena con Mario Vargas Llosa

 

Le diré una cosa querido lector: ni cuando recibió el Premio Nobel con toda pompa en Suecia; ni mientras, aun sabiéndose amenazado, recorría el Perú (su verdadera patria) en campaña presidencial irregular, ni en los tiempos de estudiante en la Academia Leoncio Pardo que dio lugar después a la Ciudad de los perros, ¡nunca, nunca jamás, Mario Vargas Llosa me hubiera confesado que acaba de sentir un pavor escénico como el que tuvo ahora en la capital española, cuando apareció en escena después de ensayar en su camerino Los cuentos de la peste! Estoy seguro de que también esta obra la presentará en México, invitando a sus dos mejores amigos, Juan Antonio Pérez Simón e Ingrid Yribarren.

 

 

 

Lo del pánico me lo dijo por el auricular su editora Pilar Reyes, que, aparte, de atemorizado, le notó más ¡joven! “Literal”, decía ella. Don Mario lo confirmaba gozosamente en torno a las cuatro de la tarde del día de la presentación –no me refiero a lo de su síndrome Dorian Grey, sino lo del canguelo– después de haber paladeado, confesó, “una ensaladita Caprese” y volver disciplinado bajo el amable látigo del solemne director Joan Ollé. Al último ensayo previo al estreno de Los Cuerpos de la Peste, Vargas Llosa subrayó: “Señores, el pánico escénico no sólo lo viven los políticos, artistas, toreros, intelectuales como yo”.

 

Lo curioso es que a mí no me ocurre cuando realizo mis programas de televisión en Excélsior TV y Mexiquense TV, sino a gente mucho más experimentada como a Jacobo Zabludovsky y a actores como Ignacio López Tarso o a literatos como Octavio Paz y Carlos Monsiváis (qepd, ambos). Sin embargo, Vargas Llosa confiesa: “Ahora, nuevamente, actor, ya ves, en mí se da la perseverancia del error”. ¡Mondieu!

 

 

Cuando Frank Sinatra finalizó la grabación de la melodía It was a very good year exclamó: “¡Esto es más largo que el primer acto de Hamlet!”. Cerca de cinco minutos para una composición que se dibujada como una balada autobiográfica del cantante adelantando algunos años a la celebrada My way. La composición había sido escrita por Erwin Drake, un músico y letrista que ya había creado clásicos para intérpretes como Billie Holliday, Ella Fitzgerald o las célebres Andrews Sisters

 

 

Acaba de fallecer Charles Townes a los 99 años. Era un cristiano ferviente de Carolina del Sur que creía en la Creación, el diseño inteligente y la influencia continua de Dios sobre nuestras vidas (como este columnista). También era una de las personas que más han transformado el mundo terrenal a través de la ciencia que también creó Dios. En 1953, gracias en parte a lo que Charles Townes recordaba como una relación vivida en el banco de un parque, concibió el máser, un amplificador de microondas con el que el que produciría un haz de radiación intensa. Esa epifanía sería el germen de una idea similar para estimular la luz visible y crear el láser… Y hasta la próxima, ¡abur!