De veras que la terquedad es una afección difícil de curar. Y si no que le pregunten a los republicanos en Washington. A pesar de cifras que indican que una mayoría de estadunidenses apoya las medidas de alivio migratorio de Barack Obama y a pesar de que la importancia del voto de los hispanos ya es enorme y va a ser todavía mayor, los republicanos en el Congreso insisten en pelear hasta las últimas consecuencias para evitar que las medidas promovidas por Obama se pongan en práctica.
La última del partido conservador es de antología: planean amenazar con cortar financiamiento para el enorme Departamento de Seguridad Interior y así retirarle fondos al plan migratorio del presidente estadunidense. Los republicanos en la Cámara de Representantes dijeron que aprobarían el presupuesto de casi 40 mil millones de dólares si y sólo si el gobierno se comprometía a no usar ni un centavo de ese dinero para financiar el alivio a los cinco millones de indocumentados que se beneficiarían tras la decisión de Obama.
En otras palabras: los republicanos están dispuestos a jugar con la estabilidad de la seguridad interior del país con tal de sabotear una medida que sacará de las sombras a millones de personas. ¿Qué mejor manera de acercarse a la minoría hispana que diciéndole que se largue del país? De locos…
Y hablando de locos, no podemos dejar de mencionar a los señores del Estado Islámico. La organización terrorista sigue acumulando atrocidades y enemigos. Y es que no parece conocer ni la misericordia ni la piedad (ya no se diga la bondad). El asesinato brutal del periodista Kenji Goto, la séptima decapitación de un rehén de alto perfil perpetrada por el grupo, ha sumido al mundo en la indignación y al gobierno japonés en la más justificada furia.
El primer ministro de Japón, Shinzo Abe, incluso ha llegado a sugerir que episodios como éste deberían dar luz verde a su país para retomar un papel militar mucho más importante en el mundo, algo que Japón ha dejado de lado desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Es un tema muy complicado en Japón, pero a Copérnico no le sorprendería si la muerte de Goto, un periodista muy estimado, encendiera de nuevo la mecha bélica en tierra japonesa.
Y por último, un vistazo al futuro. Usted seguramente ha oído hablar de Uber, el servicio de transporte urbano a base de una aplicación móvil que ha tenido un enorme éxito en 54 países del mundo. La compañía vale, hoy, más que Hertz y Avis juntos, los dos gigantes de renta de autos. Es una historia de éxito impresionante. Pero si los rumores son ciertos, ahora Uber va a enfrentarse a un gigante al que hay que tenerle mucho miedo.
De acuerdo con varios reportes, Google está desarrollando un sistema muy parecido al de Uber, ligado al muy ambicioso proyecto de autos sin piloto que Google ha traído entre manos desde hace años. ¿Se imagina usted un auto de Google que llega sin chofer y que lo lleva a donde usted indica gracias a una aplicación en su teléfono celular? Uber tiembla y Copérnico también, pero de la emoción. ¡El futuro pinta de ciencia ficción!