Su abierta inclinación por el PRI le ha generado a Virgilio Andrade Martínez, ex consejero del IFE de 2003 a 2010, más de una polémica. Fue elegido para encabezar una investigación en contra del propio mandatario nacional y su esposa por un posible conflicto de interés en la compra de propiedades.

 

Andrade Martínez se comprometió a “frenar los espacios a la corrupción” e investigar a fondo la compra de propiedades de Angélica Rivera, Luis Videgaray y el propio Peña Nieto.

 

Sin embargo, el nuevo zar anticorrupción no ha estado exento de señalamientos: al ser elegido como consejero electoral del extinto IFE, en 2003. Los partidos de oposición lo acusaron de ser abiertamente militante del PRI  e incluso amenazaron con impugnar su elección ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

 

Andrade, en ese tiempo, atajó las críticas y reconoció su inclinación al partido tricolor con esta frase: “todos podemos ser militantes, pero hay una diferencia fundamental y es que no es posible que el consejero haga un pronunciamiento a favor de un partido, ni tampoco se puede realizar actividad partidista”.

 

Su pasado priista se remonta hasta el sexenio de Carlos Salinas, donde fue asesor de Ana Paula Gérard, secretaria técnica del gabinete económico, esposa del ex mandatario y hermana de Hipólito Gérard, socio mayoritario de Constructora y Edificadora GIA, actual contratista del gobierno federal.

 

También trabajó en la Secretaría de Gobernación en 1996, bajo el sexenio de Ernesto Zedillo, fue uno de los operadores de la reforma electoral de ese año y tenía como jefe directo a Emilio Chuayffet, actual secretario de Educación.

 

Más tarde fungió como representante suplente del PRI ante el IFE y pese a su militancia, también logró un asiento en el órgano electoral donde estuvo siete años.

 

Virgilio Andrade intentó regresar al máximo órgano electoral en 2014 y se inscribió en el proceso de elección de los consejeros que transformarían al IFE en INE. Incluso, en un principio su nombre se barajeó como uno de los posibles aspirantes a la presidencia del Instituto; sin embargo, sus ligas con el PRI lo dejaron fuera.

 

La relación entre Peña Nieto y Andrade data de 2012, pues lo eligió como parte de su equipo de transición y le encargó realizar un diagnóstico de la Administración Pública Federal y recibir toda la documentación de la Secretaría de la Función Pública, por lo que se especuló que llegaría a esa secretaría desde 2012.

 

Sin embargo, la posibilidad de instaurar un Sistema Nacional Anticorrupción dejó en el limbo a la Función Pública, y es dos años después que Virgilio Andrade toma las riendas.

 

Su último cargo fue la titularidad de la Comisión de Mejora Regulatoria y entre su perfil resalta la secretaría técnica tanto de BANRURAL, como de la Financiera Rural, en 2002 y 2003. Trabajó en la Secretaría de Hacienda como director general adjunto de Análisis de Legislación Financiera en 2001 y 2002.

 

Fue Coordinador de Asesores del Oficial Mayor de la Secretaría de Gobernación, de 1999 al año 2000, y asesor en esa misma Secretaría durante la elaboración de las reformas electorales, de 1993 y 1996.

 

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