Parece alentador que el electorado griego haya votado por un partido de izquierda que ofrece enfrentar las asfixiantes políticas económicas, financieras y sociales impuestas desde hace varios años por el Banco Central Europeo, el Fondo Monetario Internacional y la Unión Europea (la troika), y que han dejado a la patria de Sócrates, Aristóteles y Platón en calidad de muerto fresco.
El nuevo primer ministro griego prometió en campaña sustituir las medidas de austeridad, luchar contra la corrupción y el clientelismo, además de reducir y renegociar la deuda… lo que no está nada fácil pues los integrantes de la troika temen que otros países de la Eurozona sigan lo que consideran un mal ejemplo.
De inmediato surgieron los reclamos de aquellos que le han prestado a Grecia en los últimos seis años miles de millones de euros. ¡Qué respete los acuerdos!, le gritan primeros ministros de otros países.
¡Populista financiero!, le espetan otros detractores al primer ministro griego, quien les responde: “estaremos listos para cooperar y negociar con nuestros prestamistas una solución que sea justa y mutuamente benéfica”. Y de entrada el ministro de Finanzas griego les hizo saber que no reconocen ni a la troika ni el último acuerdo de rescate financiero de siete mil millones de euros.
Grecia pues está a punto de vivir semanas y meses diabólicos.
En España, mientras tanto, los izquierdosos, convocados por el partido de los Indignados (Podemos), salieron el fin de semana pasado a las calles coreando: ¡Muera el mal gobierno! Aquéllos demuestran el músculo ante las elecciones regionales, municipales y presidenciales que se efectuarán este año.
El presidente español les respondió a los izquierdosos: “No acepto esa España negra que quieren pintar algunos”. ¡Lo mismo decían en Grecia, papá!
AGENDA PREVIA
Un asiduo lector -eso dice el- apunta que lo más destacable del conjunto de acciones para prevenir la corrupción y evitar los conflictos de interés, que anunció el jefe del Ejecutivo, son algunos de sus argumentos, como aquel donde explica que en México no tenemos los instrumentos normativos para determinar con claridad cómo declarar susodichos conflictos.
La doctrina, refiere el presidente Peña, habla de tres tipos de conflictos de interés: los reales, en los que el funcionario público actúa de forma indebida al tomar decisiones a partir de intereses personales o de negocios. Otros son los conflictos de interés potenciales, en donde aún no existe el conflicto, pero en un futuro es probable que pueda generarse. Y otros son los aparentes, en donde existe la percepción social de que hay un conflicto de interés, sin que en realidad exista.
O sea.
Por su parte, el coordinador de los diputados del PRI, Manlio Fabio Beltrones, calificó las multicitadas medidas como positivas. Dijo que el Poder Legislativo también está haciendo lo que corresponde para cuidar los recursos públicos, que son de todos los mexicanos, prueba de ello, agregó, es la reforma constitucional en materia de disciplina financiera de las entidades federativas y municipios.
Los especialistas en la” banca del subdesarrollo” se quedaron perplejos con el nombramiento de la nueva directora del Banco del Ahorro Nacional y Servicios Financieros (Bansefi), Alejandra Del Moral Vela porque, dicen, de bancos no sabe nada. Por cierto, en Banobras, otro banco del “subdesarrollo”, con el reciente nombramiento de Abraham Zamora como director general, en lugar de Alfredito del Mazo, están que no les calienta ni el sol. Y es que un funcionario de nombre Luis Gilberto Limón, que se ostenta como “el brody” del nuevo director, anda como en los tiempos de Stalin, anunciando purgas y venganzas. ¡Ah, bárbaro!