RIO DE JANEIRO.El jefe de un banco estatal fue elegido este viernes como el nuevo presidente de Petrobras tras la renuncia de la antecesora y sus directores en medio del peor escándalo de corrupción de Brasil.
El nombramiento de Aldemir Bendine, presidente del Banco de Brasil desde 2009, envió señales de alarma ya que no era considerado un candidato con experiencia en los mercados financieros, cualidad que analistas dicen se necesita para rescatar la credibilidad en la petrolera estatal para resolver su deuda y mantener la inversión.
La investigación en torno a una red de sobornos que involucra a la compañía a las empresas de construcción más grande del país, así como posiblemente a políticos, ha afectado la imagen de la petrolera y disminuido su valor en el mercado.
Los 10 miembros del consejo se reunieron este viernes para escoger al nuevo presidente así como a cinco directores luego de la renuncia de la dirigente Maria das Graças Foster hace dos días. Aunque ni Foster ni los directores que renunciaron enfrentan cargos, algunos críticos dijeron que los cambios en el liderazgo de la empresa llegaron tarde ya que por meses la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, fue presionada para reemplazar el liderazgo de la empresa para asegurar una investigación más transparente.
Sin embargo, la elección de Bendine, un funcionario de carrera de 51 años, no inspiró confianza entre los brasileños, ni en los inversionistas y analistas.
“Tiene un historial cuestionable en el Banco de Brasil: problemas con sus declaraciones de impuestos y al favorecer a una socialite”, dijo David Fleischer, profesor de la Universidad de Brasilia. “La reacción del mercado fue muy negativa”. Las acciones cayeron un 8% el viernes en la Bolsa de Valores de Sao Paulo.
El caso de corrupción suma ya al menos 800 millones de dólares en posibles sobornos y 86 personas han sido formalmente acusadas por formar parte del esquema, muchas de ellas ejecutivos de las grandes constructoras. Tres ex directores de Petrobras también han sido implicados.
La fiscalía sostiene que parte del dinero obtenido por inflar los precios de contratos paraba en las arcas del gobernante Partido de los Trabajadores y otros dos partidos políticos. Un ex gerente de Petrobras dijo en su testimonio a los fiscales que 200 millones de dólares fueron destinados desde 2003 a 2013 al PT por medio de su tesorero Joao Vaccari Neto, quien fue obligado a rendir testimonio el jueves.