La educación superior en México se encuentra rezagada debido a planes de estudios que resultan desfasados y rígidos, en comparación con lo que está ocurriendo en el mundo, coincidieron especialistas en el tema durante la Cumbre Laureate Juventud y Productividad en México.

 

Una de las principales fallas en el modelo universitario está en la falta de vinculación entre el sector educativo y el productivo. “Los países con los mejores niveles de educación en el mundo son tres veces más productivos que México”, señaló Rodrigo Guerra, secretario general de la Federación de Instituciones Mexicanas Particulares de Educación Superior (FIMPES), durante su participación en la primera mesa del foro, “Nuevos modelos de educación superior”.

 

Por su parte, Juan Pardinas, director del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), resaltó que en los próximos 15 años 40% de los empleos que hay en la actualidad van a dejar de existir, debido a los avances tecnológicos, lo que obliga a las universidades a plantear nuevas carreras: “en los próximos 20 años se van a echar a andar carreras que no están a la vista en México”.

 

Necesitamos un curriculum más flexible y atracivo; en México se necesitan 10 años para cambiar un plan de estudios, cuando en otros países en cuatro días se crean nuevas carreras”, agregó el presidente de la Comisión de Educación en el Senado, Juan Carlos Romero Hicks.

 

El legislador subrayó la necesidad de construir un modelo educativo que integre aspectos como la evaluación de profesores, construcción de comunidades de aprendizaje, así como el fortalecimiento de las decisiones en el espacio escolar.

 

Por su parte, Rodrigo Guerra enfatizó que la concepción que México necesita sobre la educación superior no debe venir de las autoridades, sino de la sociedad, es decir, debe integrar la opinión de profesores, directivos, padres y sector productivo: “Cualquier modelo educativo necesita diálogo y entendimiento del rol que juegan todos los sectores del país”.

 

Finalmente, el presidente del Aspen Institute en México, Juan Ramón de la Fuente, agregó la necesidad de crear “mecanismos democráticos que permiten que las propuestas de la academia y sociedad se expresen en políticas públicas capaces de modificar el entorno educativo del país”.