Era una noche fría de febrero de 1958, la nieve caía sobre Múnich, los Red Devils volaban de Belgrado hacia Manchester, hicieron una parada para recargar combustible en la capital de Baviera.

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Las condiciones climatológicas impidieron en dos ocasiones que el avión retomara la ruta, fue hasta la tercera  vez que el piloto logró elevar la máquina.

 

Segundos después de despegar el avión se precipitó, murieron instantáneamente 21 personas, el copiloto Kenneth Rayment y el jugador Dungan Edwards murieron en el hospital para sumar 23 víctimas fatales.

 

Ocho jugadores del primer equipo del Manchester United murieron, la leyenda del cuadro, Sir Boby Charton fue uno de los sobrevivientes.

 

“El accidente se produjo justo cuando el equipo entraba en su mejor momento, en el más emocionante”, dice Charlton sobre ese equipo de época en ciernes.

 

El grupo The Spinners hizo un pequeño homenaje a los fallecidos, con la canción The Flowers of Manchester.

 

El viernes, Karl Heinz-Rummeniegge presidente del Bayern Munich y Boby Charlton se reunieron para recordar a los fallecidos y poner una ofrenda florar en el lugar del accidente.