Con la popularización de los servicios en Internet de intercambio entre particulares donde un usuario publica lo que quiere vender y un desconocido lo desea adquirir, están surgiendo problemas de seguridad. Hay numerosas páginas que lo facilitan, entre ellas, Craiglist.

 

Esta página es un sitio web de anuncios clasificados con secciones dedicadas al empleo, vivienda, contactos personales, ventas, artículos, que comenzó como una lista de distribución de correo electrónico a amigos, y se expandió a otras ciudades de Estados Unidos, y ahora cubre 50 países.

 

tarjta_credito_online

 

 

Encontrarse con alguien que no se conoce y además en un lugar que ha podido escoger esta persona, con quien hay que discutir sobre el estado del objeto o las condiciones del intercambio, puede ser una situación no sólo incómoda sino sumamente peligrosa.

 

Además, si atendemos a la aparición de algunos casos de delincuencia concretamente asociados con este tipo de negocio, incluso para hacer circular dinero falso, ha llevado a algunos departamentos de policía de ciudades norteamericanas, siendo pionera la policía de Columbia, a ofertar un servicio: el de proporcionar una de sus dependencias para efectuar el canje.

 

Ahora, una salita de una comisaría permanece abierta las 24 horas del día, con una constante monitorización con cámaras de lo que allá dentro sucede, con lo que se disuade de cualquier intención delictiva. La policía previamente ha checado que el objeto no sea robado o que el dinero con el que se vaya a pagar no sea falso.

 

La policía cede su espacio y vigilancia con el objetivo de brindar un servicio más al ciudadano, como si fuera un servicio de una empresa privada, pero que en realidad no tiene un costo asociado para el ciudadano aunque sí para la policía, ya que tiene que tener personal con una mínima supervisión. El servicio se llama “find a safe place” (encuentra un lugar seguro), y realmente está teniendo éxito en Estados Unidos al extenderse a otras ciudades.

 

La estrategia no sólo es ofrecer un servicio al ciudadano sino que éste tenga una percepción positiva de su policía, y la sienta más cercana frente a la imagen intimidatoria de las comisarías. Cuando se mide la actitud de los ciudadanos frente a la policía se considera un indicador interesante del nivel de desarrollo de una sociedad, donde nos encontramos con un desarrollo en términos de la generación de confianza y la actitud positiva y el miedo o la prevención.

 

Si trasladamos esta iniciativa a México la gran mayoría de sus ciudadanos desconfiarían de realizar sus transacciones privadas en dependencias policiales. Cada vez son más las cifras de internautas mexicanos. Según el último estudio del World Internet Project (WIP México), cerca de 60 millones de mexicanos son usuarios de Internet, con una penetración de 52% (datos de 2013).

 

Muchos de ellos, suscritos a webs de venta e intercambios de productos, con la apertura de este tipo de iniciativas pero con la desconfianza de una policía que no está en sus mejores momentos de popularidad. Ya lo señala el último Barómetro Global de la Corrupción de 2013: 61% de los mexicanos señaló que la corrupción en el país aumentó en los últimos años, señalándola como un grave problema con un 4.7 de una escala del 1 al 5, donde 1 significa que no es un problema y 5, un problema muy grave.

 

Los mexicanos consideraron en este estudio que las instituciones percibidas con mayor corrupción son los partidos políticos, la policía, el servicio público, el Poder Legislativo y el Poder Judicial. Otros estudios confirman estas opiniones, como las encuestas de Consulta Mitosky que elabora desde 2004 un ranking sobre la confianza en las instituciones. El último publicado en febrero del año pasado indica que una de las instituciones que sale peor evaluada es precisamente la policía. Por todo ello, esta iniciativa tan bien acogida en otro país, difícilmente podría implementarse en México.