SANÁ. Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia anunciaron el miércoles el cierre de su embajada en la capital de Yemen, Saná, e instaron a sus ciudadanos a dejar el país en medio del caos reinante tras una toma de poder de rebeldes chiítas cuando se cumplían cuatro años de la caída del antiguo líder autocrático yemení.
Los cierres de embajadas se producían mientras los rebeldes hutíes, armados con rifles de asalto Kalashnikov y vestidos con uniforme de policía y ropas civiles, patrullaban los principales bulevares de la capital, Saná, algunos sobre camionetas con armas antiaéreas.
En la ciudad se registraron protestas dispersas, en las que los manifestantes reprochaban a los hutíes la toma de poder y la disolución del parlamento. Las tiendas cerraron pronto y había helicópteros sobrevolando la ciudad.
Rebeldes atacan a manifestantes
Varios hutíes atacaron una manifestación, apuñalando y golpeando a los inconformes que trataban de llegar a la oficina local de Naciones Unidas, dijeron los testigos. Además, los rebeldes detuvieron a una serie de personas, añadieron.
En la ciudad central de Bayda, también bajo control hutí, los rebeldes dispersaron otra protesta, hiriendo al coordinador del movimiento anti hutí, según testigos.
En Taiz, la ciudad más poblada del país y que no está en poder rebelde, miles de personas llenaron las calles para protestar contra el grupo armado.
Evacuan a ciudadanos extranjeros
El miércoles por la mañana, el ministro británico para Oriente Medio, Tobias Ellwood, instó a los ciudadanos británicos aún en Yemen a “irse de inmediato” mientras la embajada evacuaba a su personal. Por su parte, el Departamento de Estado estadounidense confirmó también el cierre de su embajada en Saná y evacuó a su personal. La embajada francesa indicó que cerraría el viernes.
“La situación de seguridad en Yemen ha seguido deteriorándose los últimos días”, dijo Ellwood. “Lamentablemente ahora consideramos que el personal de nuestra embajada y las instalaciones enfrentan un mayor riesgo”.
Las misiones diplomáticas de varios países del golfo Pérsico que se oponen a los hutíes ya habían evacuado a sus empleados.
Yemen lleva varios meses inmersa en una crisis desde que los rebeldes chiítas hutíes sitiaron la capital para luego tomar el control. Funcionarios estadunidenses dijeron antes el martes que el cierre de su puesto diplomático en el país no afecta a las operaciones antiterroristas contra la rama de Al Qaeda en Yemen, considerada por Estados Unidos como la filial del grupo terrorista más peligrosa.
Naciones Unidas ha intentado mediar en conversaciones de paz entre los hutíes y otros actores en Yemen desde que los rebeldes chiítas disolvieron el parlamento tras haber aislado al presidente del país, quien más tarde dimitió mientras milicianos armados rodeaban su casa.
Abdel-Malek al Huthi, líder de los rebeldes, advirtió el martes a sus enemigos que no se interpongan en el camino de su movimiento de línea dura y condenó a los gobiernos extranjeros por retirar a sus diplomáticos.
“No aceptaremos presiones. Son inútiles”, dijo al Huthi en discurso emitido por al Masirah, el canal de televisión por satélite de los rebeldes. “Quienquiera que dañe los intereses de este país podría ver como sus intereses en este país son también dañados”, añadió sin ofrecer más detalles.
Los hutíes, asentados tradicionalmente en la frontera con Arabia Saudí, en el norte de Yemen, irrumpieron en Saná en septiembre y desde entonces han tomado otros territorios. Muchos vinculan al grupo con la potencia chií de la región, Irán, a pesar de que los rebeldes niegan contar con el apoyo de la república islámica. DM
Comments are closed.